*** La poeta Leticia Herrera Álvarez presenta en el Museo Mural Diego Rivera Piel de peces

 

*** En su libro, la poeta ofrece “una aproximación a la percepción de la vida con todos los sentidos”

 

En la profundidad del mar podemos encontrar simultáneamente la esencia de la vida, el amor y el erotismo, tal como lo demuestra la poesía de Leticia Álvarez en Piel de peces, su más reciente libro, el cual se presentará el próximo jueves 19 de mayo, a las 19:00 horas, en el  Museo Mural Diego Rivera. La presentación de Piel de peces estará a cargo de Leticia Luna, Nicolás Fuentes, Leonardo Coral, Francis Mestries, Juan García Chávez y la autora.

 

Con Piel de peces, Leticia Herrera Álvarez sumerge al lector en la inmensidad marítima, para compartir la búsqueda que la poeta emprende en pos del sentido profundo de aquello que está más allá de la realidad aparente. Las olas, la arena, peces y corales son elementos recurrentes en la obra de la poeta, elementos todos que funcionan como símbolos de la vastedad primigenia de las aguas del océano, pues, como la misma autora precisa en entrevista, el mar es en “un elemento ligado a la vida, el principio mismo de la vida  y una referencia obligada en relación con el amor y con el erotismo”.

*** La poeta Leticia Herrera Álvarez presenta en el Museo Mural Diego Rivera Piel de peces

 

*** En su libro, la poeta ofrece “una aproximación a la percepción de la vida con todos los sentidos”

 

En la profundidad del mar podemos encontrar simultáneamente la esencia de la vida, el amor y el erotismo, tal como lo demuestra la poesía de Leticia Álvarez en Piel de peces, su más reciente libro, el cual se presentará el próximo jueves 19 de mayo, a las 19:00 horas, en el  Museo Mural Diego Rivera. La presentación de Piel de peces estará a cargo de Leticia Luna, Nicolás Fuentes, Leonardo Coral, Francis Mestries, Juan García Chávez y la autora.

 

Con Piel de peces, Leticia Herrera Álvarez sumerge al lector en la inmensidad marítima, para compartir la búsqueda que la poeta emprende en pos del sentido profundo de aquello que está más allá de la realidad aparente. Las olas, la arena, peces y corales son elementos recurrentes en la obra de la poeta, elementos todos que funcionan como símbolos de la vastedad primigenia de las aguas del océano, pues, como la misma autora precisa en entrevista, el mar es en “un elemento ligado a la vida, el principio mismo de la vida  y una referencia obligada en relación con el amor y con el erotismo”.

 

Las consideraciones de Leticia Herrera Álvarez acerca del mar se demuestran fehacientemente en poemas como “Gravita el pasmo sobre los arrecifes” donde describe la experiencia casi mística que significa fundirse con el universo marino: “vuelo entre torres catedralicias mientras buceo. Del aire me separa la frontera entre la vida y su origen remoto. Aguas fulgurantes irradian su inmaculada luz a mis entrañas”.

 

Leticia Herrera Álvarez, a través de Piel de peces, coloca al lector en diálogo confidente con la sensibilidad poética, de esta manera, en el texto se plasma toda una constelación de experiencias personales. Piel de peces abarca desde situaciones con gran peso emocional como la tristeza y dolor de la despedida o el distanciamiento amoroso, hasta experiencias menos complejas, pero no por ello menos significativas, como la visita a un museo, o la contemplación de su gato Vincent.

 

La intención de la diversidad representada en los poemas es proponer “una aproximación a la percepción de la vida con todos los sentidos, de la percepción de lo que está más allá de la realidad, de lo inmanente”, como lo aclaró la propia autora.

 

Además de escritora, Leticia Herrera Álvarez es pintora, de hecho, Piel de peces cuenta con ilustraciones realizadas por la misma poeta. Para la artista, tal relación entre literatura y pintura sería no sólo deseable sino hasta necesaria, toda vez que la realidad no la captamos con uno solo de los sentidos, sino siempre en una combinación de todos ellos.

 

“La realidad siempre es percibida por todos nuestros sentidos”, dijo la autora y agrega que de esa manera, “la literatura por medio de la palabra puede referirnos al color, no es el color en sí mismo, no es la forma en sí misma, puede ser una recreación de ella, una mención de ella”.

 

Una buena parte de los poemas de Leticia Herrera Álvarez mantienen un tono introspectivo, pero transmitidos a través de un estilo narrativo y descriptivo. Al respecto, explica que la acción de narrar y describir se vincula con la del recuerdo y la evocación, como vía para fijar en la memoria aquello que amamos, y agregó, “siempre la evocación busca retener en el tiempo lo que es efímero, es una forma de lograr la permanencia de las cosas más apreciadas, más bellas, entrañables, o amadas”.

 

Leticia Herrera Álvarez (Coalcomán, Michoacán, 1954) es autora de los libros de poesía Ver al Volar (1988); Del presente efímero (1988), Lo cotidiano (1994); Atajo hacia el origenComo Chagall (2004); Moro mío (2006); y Antología poética (1967-2006). (1994);

 

Como narradora a publicado las colecciones de relatos Un globo en busca de libertad (1990); Chiribitas (1995); No voltees (1999); La fiesta (2000) y Zaima (2005), así como la “novela cuenteada escrita en forma poética” Rielar. También es autora de las novelas para niños El país de las sombras (1999); Kipp y la ofrenda del día de muertos (2001) y Día de Reyes, (2001).

 

Ha colaborado en revistas y suplementos culturales como Arena, El Búho, El Cuento, El Gallo Ilustrado, In Tolerancia, La Brújula en el Bolsillo, entre otras.

 

Entre los reconocimientos obtenidos por su obra, Leticia Herrera fue nombrada en Italia Autora del año 1999, gracias a que la escritora inventó el género chiribitas,  textos breves, que oscilan entre lo poético y lo fantástico; pero que no son ni minificciones ni aforismos. Nombramiento que le mereció ser incluida en la antología internacional de poetas de fin de milenio Globus. En 1989 recibió el Premio Nacional de Cuento para niños Juan de la Cabada, otorgado por el INBA y el gobierno de Campeche. En 1995 recibió mención honorífica por su guión cinematográfico El país de las sombras, y en 2000  por su libro ilustrado Sinfonía Natural. En 2004 ganó el Primer Lugar en el III Concurso de Poesía de SCL-MA, de Brasil, y dos años después obtuvo por su trayectoria el Premio Poesía, Prosa y Arte Figurativo de la Academia Internacionale de Sicilia.