Elsinore, crónica de una travesía lingüística
? Empecemos por el final, volvamos a Elsinore: se trata de un libro que desconcertó a la crítica que coincidió en señalar que había abandonado su búsqueda experimental para instalarse en el realismo que siempre dijo rechazar...
?Elsinore es mi libro más experimental. Creo que es una muestra de mi evolución literaria, de mis avances. Creo que es un libro en que muestro un mayor dominio de lenguaje y de recursos literarios. El español me es insuficiente y en Elsinore lo demuestro. Si se pensó que me acercaba al realismo es tal vez por la calidad de la invención: en ese libro me propuse narrar las cosas verdaderas y ciertas que me pasaron cuando fui cadete en Elsinore, una Academia Militar, cerca de los Angeles, en Estados Unidos. Frecuentaba familiares en Los Angeles, donde todo mundo hablaba una media lengua. Son pochos, ahora les dicen chicanos pero es lo mismo. En la academia sucedía lo mismo pero a esa mezcla de lenguas se incorporaba la jerga cuartelaria: es un lenguaje que no se puede traducir, son órdenes y gestos propios de la milicia que no tienen un equivalente en el orden de la vida diaria. Imagínese de haber traducido todo eso, hubiera perdido todo contenido expresivo y emotivo. Nunca antes había contado cosas verdaderas y quise experimentar; subrayé experimentar, porque ese es el camino a que me ha conducido mi experiencia literaria. El uso del inglés tiene un valor sonoro y plástico, si se quiere de verosimilitud y de ampliación de registros, pero quien no lo entienda no deberá sentirse excluido ni entenderá mejor el libro. Escribí Elsinore en unas cuantas semanas pero vivió en mí durante décadas.