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Homenaje a Dante Alighieri

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Revista de Bellas Artes, no. 2, marzo-abril, 1965.

Director: Huberto Batis
Diseño tipográfico: Ramón Puyol y Vicente Rojo
Secretaria de redacción: Rita Murúa
Administrador: Federico Campbell

 

Presentación

En el Palacio de Bellas Artes, el 19 de mayo, con asistencia del Lic. Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la República, y como invitado de honor el excelentísimo señor Amintore Fanfani, ministro de Relaciones Exteriores de Italia, la Secretaría de Educación Pública conmemoró el VII Centenario del Nacimiento de Dante Alighieri. La Orquesta Sinfónica Nacional tocó el Poema Sinfónico Francesca da Rimini de Chaikovsky y el Allegro del Concerto en Re Mayor de Vivaldi; la actriz Ofelia Guilmain dijo el canto V del Infierno; la Sociedad Coral Universitaria interpretó canciones de los siglos XIII y XIV, y el público escuchó los discursos del Lic. Agustín Yáñez y del señor Amintore Fanfani. Luego, el presidente de la República inauguró la Exposición artística sobre Dante.

La Revista de Bellas Artes se une al homenaje y recoge en su entrega segunda una selección de documentos, testimonio de la preocupación de relevantes escritores de nuestro siglo por volver a traducir e interpretar la obra del poeta florentino, “con el fin —en palabras de Santayana— de devolverle su antigua naturalidad y mantener, en cada nueva generación, viva y apta de ser asimilada su humanidad perenne”. La selección, sumaria, no pretende sino refrescar al lector sus comentaristas dantescos e invitarlo a retomar La Divina Commedia, La Vita Nuova, que pueden ser objeto de constante meditación durante toda la vida. Faltan aquí dantistas insustituibles (F. de Sanctis, L. Spitzer, F. D’Ovidio, L. Pirandello, V. Rossi, H. A. Hatzfeld, M. Bontempelli, E. Auerbach…), no por más razón que el límite de espacio o la especialización de sus trabajos, reñida con nuestro fin de divulgar, de modo accesible al público amplio, la idea que el siglo XX se ha formado de Dante.

Eliot afirma que el 90% de las versiones levantan “entre el lector y el original una barrera más infranqueable que el griego”. Pound sólo aprueba las “traducciones que pueden leerse con gusto” y sólo “si han conservado cuidadosamente todas las faltas del original”; respecto de las ediciones comentadas advierte del peligro de entretenerse en la anécdota incidental, heteróclita; Dante mismo —afirma— resuelve todas las dudas si el lector sigue diez líneas adelante de su dificultad. Borges da la pauta para leer la Commedia, “el mejor libro que han escrito los hombres”: 1] acometer el texto original, que quien sabe español sabe los rudimentos del italiano: “Eludir esa empresa (que sólo al principio es una tarea) es una imperdonable frivolidad”; 2] partir de los episodios famosos; 3] avanzar con el apoyo de las notas: “Bárbaramente se repite que los comentadores se interponen entre el lector y el libro, dislate que no merece refutación.”

Resta agradecer a quienes han hecho posible esta edición: al poeta Homero Aridjis por la versión de los fragmentos de la Commedia y de La Vita Nuova, así como por la preselección de los comentarios; a Eduardo Lizalde por la versión del Epitafio di Dante de Boccaccio; a Alaíde Foppa y a José María Sbert por sus traducciones de Villani, Compagni, Ungaretti y Charles Williams, respectivamente; a los editores mexicanos y a los extranjeros, a través de sus representantes en el país, por permitir la reproducción de las demás traducciones, alguna inédita, como la del ensayo de Pound, que publicará la Editorial Joaquín Mortiz; al señor Ignacio Vallarta, por facilitarnos la edición de la Commedia ilustrada por Gustave Doré (París, 1865); al Instituto Italiano de Cultura de la Embajada de Italia, especialmente al señor Giovanni dalla Pozza, agregado cultural, por las facilidades que nos dio en la consulta de diversas obras, entre ellas la edición de la Commedia (Bergamo, 1948) que incluye la rica colección de grabados en parte reproducidos aquí; y a Vicente Rojo por el cariño y el empeño con que ha compuesto el formato.—H.B. [Huberto Batis]