- El volumen contiene cuentos de Mercedes López Nicolás, Francisco de la Cruz, Cruvel Ánvar, Elicet Obdulia Contreras; Felipa de Jesús Noriega Figueroa, Aneira Pineda Figueroa y Heriberto Miguel Méndez; la actividad se realizó en la Sala Manuel M. Ponce
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), mediante la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), en colaboración con el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), llevaron a cabo la presentación del libro Premio Mario Molina de Literatura para niños en Zapoteco, 2014-2020 (CaSa, 2022), en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El presídium estuvo integrado por la presidenta de Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, Sara López Ellitsgaard; la directora de Desarrollo Intercultural Bilingüe de la Dirección General de Culturas Populares, Rocío Minerva Casariego Vázquez; Francisco de la Cruz Jiménez, autor de uno de los cuentos, y el director del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), Daniel Brena, como moderador. Además, participó en la presentación de Julio Vallejo, quien interpretó canciones de su autoría en zapoteco.
Esta antología reúne los trabajos ganadores de 2014 a 2020 del Premio Mario Molina incluido en los Premios CaSa en zapoteco. La obra reúne los cuentos de Mercedes López Nicolás (ganadora en 2014), Francisco de la Cruz (galardonado en 2015), Cruvel Ánvar (premiado en 2016), Elicet Obdulia Contreras (ganadora en 2017); Felipa de Jesús Noriega Figueroa (reconocida en 2018), Aneira Pineda Figueroa (galardonada en 2019) y Heriberto Miguel Méndez (premiado en 2020).
En su intervención, Francisco de la Cruz Jiménez externó su alegría al compartir "palabras que nacen del corazón", propias del zapoteco, y explicó que este trabajo antológico incluye tres dialectos de esta lengua.
"El zapoteco tiene la particularidad de que todas sus palabras terminan en vocal, ninguna en consonante, lo que hace de esta lengua poesía y metáfora en sí misma", comentó y dio paso a la lectura de algunos cuentos de su autoría.
"Para mí es un gusto enorme que nuestras lenguas tengan presencia en un lugar tan importante como el Palacio de Bellas Artes. El hecho de que traigamos nuestras voces, nuestros pensamientos y nuestra forma de vivir la cultura a un lugar como este es muy importante y significativo. Lo sentimos indispensable y también justo, porque nuestras lenguas son valiosas al igual que todas las lenguas existentes en el mundo", dijo.
Por su parte, Rocío Casariego rememoró a Francisco Toledo y subrayó que su principal interés para promover los premios CaSa en lenguas indígenas era inculcar el amor a la lengua; también lamentó que la escritura se haya restringido —desde hace tiempo— a las lenguas indígenas, pues aún existe la idea de que las lenguas originarias no se escriben, lo que conlleva al silenciamiento de la literatura de éstas.
"La escritura es justo una de las prácticas culturales que se ha restringido a las lenguas indígenas. El bilingüismo de las infancias hablantes de estas lenguas generalmente ha sido un monolingüismo escrito en castellano en el que el disfrute de la expresión lúdica no suele pasar por la literatura en su lengua materna. La falsa creencia de que las lenguas indígenas no se escriben existe todavía en las conciencias de sus propios hablantes" señaló.
En tanto, Sara López recordó los orígenes —mexicano y danés— de su padre y madre, respectivamente, y resaltó que su casa siempre estuvo llena de libros, por lo que desde muy temprana edad se interesó por los cuentos y la literatura.
"Crecí sin televisión, pero rodeada de elementos para crear mis propias historias. Los libros son la mejor herramienta para fomentar la creatividad e imaginación de los niños. Los cuentos toman vida en nuestras mentes e imaginamos colores, contextos, paisajes y formas a las historias. Podemos crear historias que nos permiten crear en nuestra lengua", manifestó.
Explicó que para el diseño de la portada de esta antología se utilizó una obra de Francisco Toledo e hizo hincapié en qué publicaciones como esta dan esperanza de que se sigan creando cuentos e historias para la niñez del país.
"Es importante que las comunidades porten su propia voz, su propio imaginario y que puedan transmitir a las nuevas generaciones sus historias y, sobre todo, que las niñas y niños no tengan que pensar en un solo idioma", concluyó.