- Invitada por el INBA llevó su poesía a la Institución Abierta Casa de Medio Camino, dependiente del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México
- Leyó poemas de contenido social y entabló una charla con los internos
- “Habrá tiempo para soñar y hacer los sueños realidad”, dijo la poeta
Como parte de las actividades del programa literario Visitando a los lectores, que lleva a cabo de forma permanente el Instituto Nacional de Bellas Artes, la escritora de origen vasco Pakita Andueza compartió su poesía y entabló una amena charla con un grupo de presos que están a punto de obtener su libertad, después de haber cumplido su sentencia.
La sesión se llevó a cabo el lunes 30 de enero en la Institución Abierta Casa de Medio Camino (anexa al Reclusorio Sur), dependiente del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, donde los internos se preparan para reinsertarse en la sociedad a través de actividades de capacitación para el trabajo, el deporte, la cultura y la recreación, además de recibir terapia psicológica.
Pakita Andueza escritora, poeta y pintora, además de incansable viajera, luego de recorrer gran parte del mundo se estableció en México hace 33 años para estudiar antropología, y aquí encontró “un país lleno de una gran cultura y de gente valiente” que habrá de recuperar “el sueño de ver nuevamente el esplendor que tuvo la gran Tenochtitlán”, dijo la artista al comienzo de su plática.
Todos tenemos el derecho de soñar y de viajar, de conocer y aprender, porque “la ignorancia y la indiferencia eternizan nuestra esclavitud”, como dijo Ricardo Flores Magón, les recordó Pakita a un grupo de internos que siguieron la plática con gran interés a lo largo de más de 60 minutos.
En la biblioteca de la Casa de Medio Camino, ubicada en la zona rural de la Ciudad de México, Pakita Andueza leyó una serie de poemas de su tercer libro de poesía titulado Psiquiátrico de rosas blancas (2015).
Primero leyó el Poema para Wirikuta, el cual escribió en solidaridad con la lucha de los indígenas wixarika por recuperar su montaña sagrada, explicó la autora en respuesta a una inquietud de los presentes.
“Cada año voy a Wirikuta porque amo y respeto esa cultura; eso y mucho más aprendí desde que fui a estudiar durante más de un año la cultura maya de Yucatán”, agregó la escritora que ha vivido en la India, el Tíbet y otros países haciendo labor social entre los más necesitados.
“Todos debemos conocer y defender nuestra cultura, porque si no otros vendrán nuevamente a apoderarse de ella”, consideró Andueza, quien comentó que en el País Vasco viven “los indígenas españoles de raza pura”, por lo que, dijo, “yo también soy indígena”.
Pakita Andueza explicó a los presos que le interesa la poesía de contenido social, de lugares, de personajes, de quienes sufren injusticias. Deben ustedes de saber –les dijo— que dondequiera que voy me involucro en la vida social, participo y defiendo sus valores y tradiciones.
La también pintora indicó, en respuesta a preguntas de jóvenes y adultos presos, que trabajó voluntariamente en la India donde conversó varias veces con la Madre Teresa de Calcuta, así como con los monjes del Tíbet.
Luego contó que ella salió de su país porque “buscaba mi propio ser, buscaba aprender y conocer a ese otro que soy yo. Lo encontré en México, porque siento que en otra vida yo viví aquí y me establecí hace 33 años. Aquí comencé a escribir y constantemente estoy estudiando. En la actualidad tomo un taller literario con la escritora Dolores Castro, quien a sus 93 años sigue enseñando”.
Finalmente, leyó su poema Fuera cárceles, dedicado a quienes están privados de su libertad: “Desafortunadamente, hay cárceles y jueces, porque hoy las sociedades están enfermas”, dijo, y cerró con el poema Sigue, que escribió para un amigo pero que se ha convertido en un poema muy solicitado.
“No sirve de nada que uno triunfe / si los demás siguen rezagados / Luchemos por el bien de todos, así seremos exitosos”, leyó a los presos, a quienes recomendó “limpiar la mente y el corazón para vivir mejor y hacer una sociedad fuerte y sana
“Todos debemos cambiar y no juzgar a los demás, sino juzgarnos a nosotros mismos. A este mundo venimos a ser felices; su privación de la libertad es pasajera y está próxima a terminar. Ya habrá tiempo para soñar y hacer los sueños realidad”.