- Microrrelatos eróticos que expresan el deseo y el placer de manera directa
- Ana Clavel, Javier Perucho y Laura Elisa Vizcaíno acompañarán a la antologadora en la presentación del volumen, el miércoles 18 de enero a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes
La brevedad va de la mano con lo intenso. Por ello, los microrrelatos eróticos expresan el deseo y el placer de manera directa, sin palabras excedentes o preliminares. Eros y Afrodita en la minificción, antología compilada por la ensayista mexicana Dina Grijalva, reúne textos brevísimos en los que la pasión y el arrebato son desatados por un solo sentido.
El volumen será presentado el miércoles 18 de enero a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes. Los escritores Ana Clavel, Javier Perucho y Laura Elisa Vizcaíno acompañarán a la antologadora.
En Eros y Afrodita en la minificción se incluyen 168 microrrelatos de autores en lengua española como Guillermo Samperio, Mónica Lavín, Felipe Garrido, Ana María Shua, Andrés Neuman, Cristina Peri Rossi, Javier Perucho, Fernando Iwasaki y Agustín Monsreal, cuyos temas giran en torno al cuerpo, los sentidos, la sexualidad, la sensualidad, el placer erótico y el deseo.
Los lectores se encontrarán con textos en los que alguna filia aparece en toda su pureza, “en los que las palabras son las detonadoras del erotismo, en donde el placer sensual se engarza con el placer del lenguaje, en donde el discurso artístico se vuelve un cuerpo erótico cuyo poder de seducción invita a participar y a interpretar”, detalló en entrevista Dina Grijalva.
Por su parte, Ana Clavel, señaló que los microrrelatos de esta antología incitan la imaginación verbal y libidinal. “Desde la sugerencia, el juego o la abierta incitación, los autores antologados proponen a los lectores el mejor de los erotismos: el imaginario, la fantasía verbal que desencadena horizontes de placer no solo textual, pues ya se sabe que el mejor sexo no se realiza con los genitales”, precisó.
Eros y Afrodita en la minificción representó para su compiladora un trabajo de tres años de maratónicas lecturas de centenares de libros de minificción, tiempo en el que, además, realizó una estancia posdoctoral en Madrid, España, bajo la tutoría de Francisca Noguerol, una de las más destacadas expertas en minificción.
“Cuando el placer o el deseo se escriben en estos textos breves, vemos que la minificción, como el propio erotismo, también puede ser arrebato, encantamiento, voluptuosidad, rapto, alegría, regocijo, deleite, frenesí, latido de vida, embeleso, celebración, éxtasis, fascinación, plenitud, alborozo, pasión, extravío, desenfreno, gozo o dicha.
“Y también puede ser dulce, perversa, púdica, depravada, festiva, audaz, explosiva, impetuosa, abismal, vehemente, transgresora, pulsión que emerge de los abismos interiores, subversiva o detonadora de la felicidad; en otras palabras: expresión textual de un erotismo múltiple y plural al que nada de lo humano le es ajeno”, agregó Grijalva.
Raúl Brasca, escritor y crítico argentino, ha llamado al microrrelato “diminuto remolino de palabras”. No obstante, en el caso de este libro, la antologadora refirió que ese remolino se transforma en tornado cuando las palabras llevan el delirio amoroso.
“El tamaño sí importa, pero, a diferencia del mito falocéntrico, aquí constatamos que un infinito placer puede despertarse y prolongarse en un reverberar feliz a partir de una miniatura sexual, perdón: textual. Todo depende de la pericia de quien busca despertar el deleite con la palabra colocada en el lugar preciso”, concluyó la autora de los libros de ensayo El dorado: Mito y evocación en la narrativa de Inés Arredondo y Eros: Juego, poder y muerte. El erotismo femenino en la narrativa de Luisa Valenzuela.