• El tío patota escribía la historia de amor de sus padres, quienes llegaron a México durante el exilio español

 

La directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio Álvarez, se une a la comunidad y reconoce el aporte excepcional del escritor y cuentacuentos Eduardo Robles Boza,Tío Patota, escritor y pionero en la tradición oral, quien falleció la noche del domingo ala edad de 70 años en la ciudad de Portland, Oregon.

 

“Acercó a la literatura a los jóvenes y niños, dejando un trabajo digno de reconocerse por su labor en favor de la literatura, y quien enseñó a amar la lectura gracias a que le dio vida a los libros, dejando una importante tradición en la narrativa oral”, señaló la funcionaria federal.

 

  • El tío patota escribía la historia de amor de sus padres, quienes llegaron a México durante el exilio español

La directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio Álvarez, se une a la comunidad y reconoce el aporte excepcional del escritor y cuentacuentos Eduardo Robles Boza,Tío Patota, escritor y pionero en la tradición oral, quien falleció la noche del domingo ala edad de 70 años en la ciudad de Portland, Oregon.

“Acercó a la literatura a los jóvenes y niños, dejando un trabajo digno de reconocerse por su labor en favor de la literatura, y quien enseñó a amar la lectura gracias a que le dio vida a los libros, dejando una importante tradición en la narrativa oral”, señaló la funcionaria federal.

 

Eduardo Robles Boza inició su carrera como cuentacuentos hace 40 años en la Biblioteca de la Ciudad de México, refiere Elena Angulo, asistente del autor.

 

Señala que el Tío Patota, como todos lo conocían, acercaba a niños y adolescentes a la lectura a través de la narración oral: en cada función cantaba, contaba, bailaba y “la hacía de titiritero”,mientras hacia malabares con un libro en el que aparecían y desaparecían los personajes de sus cuentos.

 

Elena Angulo menciona en entrevista que Tío Patota era un gran animista, pues durante sus narraciones daba vida a objetos inanimados y lograba despertar la sensibilidad y la curiosidad en niños, adolescentes y adultos. Así conseguía que toda la familia viera la lectura como una actividad agradable y nunca como una tarea escolar.

 

Angulo detalla que antes de fallecer, Tío Patota escribía la historia de amor de sus padres, quienes llegaron a México durante el exilio español.

 

Eduardo Robles recibió en 1982 el Diploma del Jurado Internacional del Premio Hans Christian Andersen por considerar su obra de “importancia internacional” con el cuento “La cartita que viajó en jet”, que destaca la importancia de las cartas tradicionales y la expresividad que transmite la letra escrita “a mano”.

 

Eduardo Robles Boza, el Tío Patota, (Ciudad de México, 7 de junio de 1941) fue narrador, cuentacuentos, guionista y conductor. Estudió periodismo en la Universidad de Venezuela. Fue autor de libros de cuentos infantiles, novelas para adolescentes, teatro, poesía y métodos de lectura editados en México, Estados Unidos y España. Fue profesor de la UNAM y distintas universidades de Centro y Sudamérica; cofundador de IBBY-México; asesor externo de Papalote Museo del Niño; conductor del programa televisivo “El Círculo de la Imaginación” de canal 13.

 

Se han puesto en escena sus obras: Piñata cuadrada, navidad redonda (1982), Cuento contigo(1989), Retratos (1990) y Confesiones (1992). Entre sus innumerables obras para niños destacan, en la serie de Cuentos-cartas, La cartita que viajó en jet (Patria/Everest, Inglaterra, 1972); Las Letras de mi máquina de escribir (Patria/Everest, 1973); Un día nació un punto (Trillas/Scott Foresman, 1984); en novela, Estuve en el fin del mundo, (Grijalbo, 1996) y en poesía, El amor imposible de Pitágoras, (Patria, Venezuela, 1959).

 

En noviembre de 2008, la Editorial Trillas, con el respaldo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, le rindió un emotivo homenaje por sus 35 años ininterrumpidos de escritor y cuentacuentos, pionero en México, y lanzó un catálogo especial impreso que recoge toda su obra literaria, fotografías de sus libros y de sus espectáculos, y una sentida entrevista en la que habla de su vida. Le compusieron una canción que habla del Tío Patota y de los personajes de sus obras, y todos los presentes, a foro lleno, se la cantaron.