*** El poeta cubano ofrecerá un recorrido por sus de 40 años de labor poética

 

*** “Lo único que da sentido a la vida es el ejercicio de la memoria”, considera el escritor

 

 

La certeza de que la vida es una aventura que adquiere sentido sólo a través del ejercicio de la memoria, es uno de los ejes en la poesía de Waldo Leyva, quien ofrecerá un recorrido por su obra poética construida a lo largo de 40 años de labor, la cual le ha valido innumerables reconocimientos y premios.

 

 

Con el título El rumbo de los días, un recorrido por la obra de Waldo Leyva, el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, organiza esta lectura en la cual el autor hará referencia a poemas recogidos en sus libros y escritos en diferentes épocas.

 

*** El poeta cubano ofrecerá un recorrido por sus de 40 años de labor poética

 

*** “Lo único que da sentido a la vida es el ejercicio de la memoria”, considera el escritor

 

 

La certeza de que la vida es una aventura que adquiere sentido sólo a través del ejercicio de la memoria, es uno de los ejes en la poesía de Waldo Leyva, quien ofrecerá un recorrido por su obra poética construida a lo largo de 40 años de labor, la cual le ha valido innumerables reconocimientos y premios.

 

 

Con el título El rumbo de los días, un recorrido por la obra de Waldo Leyva, el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, organiza esta lectura en la cual el autor hará referencia a poemas recogidos en sus libros y escritos en diferentes épocas.

La mesa El rumbo de los días, un recorrido por la obra de Waldo Leyva se realizará este martes 31 de mayo a la 18:30 horas en la sede del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicada en la calle Nuevo León 91, colonia Hipódromo Condesa. Waldo Leyva estará acompañado por los también poetas Alí Calderón y Roberto Arizmendi quienes comentarán algunos aspectos de su obra.

 

Cuando se ha intentado resumir la poesía de Waldo Leyva en un solo término, algunos de sus críticos la han considerado como una poesía vitalista. Sobre tal lectura de su obra, el escritor precisa, que si su obra puede considerarse vitalista se debe a que se alimenta de la vida, de lo que ocurre cotidianamente y no de una lectura, interpretación o reelaboración de la cultura y sus productos.

 

 

“Mi poesía es vitalista en el sentido de que no es una poesía que sale de la cultura, sino que es una poesía que no renuncia a la cultura, es una poesía que se alimenta de la vida, de la observación, de aprender esa vida en todos los sentidos, en ese sentido sí se puede considerar vitalista; me interesa más lo que ocurre, lo que veo, lo que puedo reflexionar, mucho más que hacer una interpretación a través de la lectura”, explicó el autor.

 

 

Pero más allá de etiquetas, para Waldo Leyva el mejor criterio para definir la verdad de un poeta debe ser la calidad, independientemente de su estilo. “No importa que un poeta sea más oscuro, por usar un término convencional, o que un poeta sea diáfano, transparente en su expresión, lo que determina en última instancia su obra es si es un buen poeta o mal poeta”, opinó.

 

 

Aunque en algunos momentos en la obra de Waldo Leyva es posible encontrar un tono categórico, como cuando en el poema “No siempre el horizonte” declara: “Yo no busco las cosas, las encuentro, me gusta esa sorpresa de estar vivo… Qué pobre sería vivir sin sobresaltos”, no obstante, el poeta descartó la certeza como el signo de su obra, más bien, explica, la reflexión del poeta gravita inevitablemente entre la certeza y la duda.

 

 

“Los poetas nos movemos entre la interrogante y la certeza, esa es la realidad. A veces uno está más urgido por preguntarse, por ejemplo, sobre el tiempo y otras siente que por alguna razón es dueño de ese tiempo. En mi obra también voy a encontrar interrogantes: moverse entre la pregunta y la respuesta es una constante de casi todos los escritores y en mi caso personal es así”, explicó.

 

 

Uno de los momentos de certeza en la poesía de Waldo Leyva es cuando reivindica el valor de la memoria como parte fundamental de la experiencia personal. Así, el recuerdo, la presencia y la memoria son constantes en la lírica de este autor cubano. Incluso uno de sus poemas se titula “Contra la desmemoria”. Para Waldo Leyva, los seres humanos somos seres de memoria y sólo vivimos en la medida en que la usamos y abunda:

 

 

“Yo creo que el tiempo y la memoria son los ingredientes esenciales del ser humano, además de la Historia. Cualquier ser humano, no sólo un poeta, siempre quiere hacer memoria de su paso por la vida, desde quien escribe un graffiti o escribe en el baño público, por ejemplo.

 

 

“Un poema quiere dejar una memoria en su existencia, de su paso por este mundo, la búsqueda de ese afianzamiento de la memoria es esencial para el ser humano y para mí como poeta. Dialogar con la memoria, incluso futura, es un juego que yo hago mucho, puedo estar hablando de la adolescencia, infancia y al mismo tiempo de una memoria porvenir, de hecho un libro mío se llama así: ­‘Una memoria del porvenir’. Es un juego en que uno quisiera tener la capacidad de pensar y de recordar también el futuro, creo es una utopía que alimenta la obra de cualquier creador”, consideró.

 

 

Waldo Leyva (Cuba, 1943) es poeta, ensayista, narrador y periodista. Tiene más de 15 libros publicados y 3 CD´s con sus poemas. Ha sido traducido al inglés, alemán, francés, ruso, portugués, italiano, rumano, húngaro, serbocroata, polaco, búlgaro, árabe y otras lenguas. Ha recibido diversos premios; los más recientes son el Premio Casa de América de Madrid 2010 y el Premio Nicolás Guillén de Cuba 2010.

 

 

Fue presidente de la Asociación de Escritores de Cuba, director del Centro Juan Marinello, director del Centro Iberoamericano de la Décima y presidente de la Asociación Iberoamericana de la Décima. Actualmente es Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en México.

 

 

Algunos de sus libros de poesía son: De la ciudad y los héroes (1974); Desde el este de Angola (1976); Con mucha piel de gente (1983); El polvo de los caminos (1984); El rasguño en la piedra (1995); Breve antología del tiempo (2008); Asonancia del tiempo (2009) y El rumbo de los días (2010).

 

 

Alí Calderón (ciudad de México, 1982) recibió en 2007 el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América y en 2004 el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas y del FONCA. Es autor de los poemarios Imago prima y Ser en el mundo así como del volumen de ensayo La generación de los cincuenta. Fue coordinador de las antologías La luz que va dando nombre. 1965-1985 veinte años de la poesía última en México y El oro ensortijado. Poesía viva de México. Es fundador de la revista electrónica y la editorial Círculo de Poesía.

 

 

Roberto Arizmendi (Aguascalientes, 1945) Ha publicado 38 libros (26 de poesía, cinco epistolarios, dos de literatura testimonial y varios sobre educación). Sus poemas y escritos literarios han sido incluidos en más de 25 antologías, en Diccionarios Enciclopédicos y sitios de Internet. Participante en festivales internacionales de poesía de diferentes países. Consultor, profesor, investigador y directivo en universidades y dependencias educativas.