*** Reúnen los antologadores en el volumen la voz de 90 poetas como un homenaje a la riqueza de la poesía mexicana
Según detallan los compiladores en el prólogo de la antología, la intención de La semilla desnuda es ofrecer ante todo un homenaje a la poesía a través de la propia poesía, para ello seleccionaron poemas de autores vivos, desde los maestros ya consagrados, tanto como aquellos poetas ya con una obra consolidada, hasta los poetas noveles que comienzan a dejarse oír. Así, de la nómina de los 90 poetas, cada uno representado con un poema, incluye a Rubén Bonifaz Nuño, Ali Chumacero y Carlos Montemayor (ambos aún en vida cuando se realizó la seleccción), como a Vicente Quirarte, Dana Gelinas o las jóvenes Yolanda Mexicalxóchitl García y Graciela Amador, ambas nacidas en los años 80, entre muchos otros.
El punto de engarce entre estas tres generaciones, como apuntan los antologadores, es la continuidad de la tradición de la poesía mexicana, la cual goza ahora de una gran vitalidad, tanto por la cantidad de poetas vivos, como por la calidad de su trabajo.
*** Reúnen los antologadores en el volumen la voz de 90 poetas como un homenaje a la riqueza de la poesía mexicana
Según detallan los compiladores en el prólogo de la antología, la intención de La semilla desnuda es ofrecer ante todo un homenaje a la poesía a través de la propia poesía, para ello seleccionaron poemas de autores vivos, desde los maestros ya consagrados, tanto como aquellos poetas ya con una obra consolidada, hasta los poetas noveles que comienzan a dejarse oír. Así, de la nómina de los 90 poetas, cada uno representado con un poema, incluye a Rubén Bonifaz Nuño, Ali Chumacero y Carlos Montemayor (ambos aún en vida cuando se realizó la seleccción), como a Vicente Quirarte, Dana Gelinas o las jóvenes Yolanda Mexicalxóchitl García y Graciela Amador, ambas nacidas en los años 80, entre muchos otros.
El punto de engarce entre estas tres generaciones, como apuntan los antologadores, es la continuidad de la tradición de la poesía mexicana, la cual goza ahora de una gran vitalidad, tanto por la cantidad de poetas vivos, como por la calidad de su trabajo.
Porfirio García Trejo señala que es posible trazar un línea constante entre la generación de los maestros como Rubén Bonifaz Nuño y los poetas más jóvenes, y esa es la justificación para haberlos renunido en este trabajo. “En un extremo de esta línea tenemos a poetas como Rubén Bonifaz Nuño y Ali Chumacero y en el otro están los jóvenes, a los cuales vemos como herederos de; es decir, la generación mayor marca lineamientos que las otras generaciones recogen y continúan”, explicó en entrevista el también poeta.
Para Porfirio García Trejo existe una inegable continuidad generacional entre los poetas y tal continuidad es visible no tanto en los temas, sino en la postura que estos poetas asumen ante la escritura, la cual considera, se distingue por la búsqueda constante de nuevas variantes poéticas, la cual le da a La semilla desnuda su riqueza.
“La búsqueda es uno de los signos de esta continuida poética, la poesía viva de México no es un tipo de poesía pasiva, al contrario, es una poesía que se siente, que se está experimentando con ella, que propone novedad”, detalló el antologador.
Esta línea de unión entre los poetas antologados permite, afirmó Porfirio García Trejo, leer los 90 poemas del volumen como si fueran el texto de un solo autor. Y aunque los antologadores redujeron al mínimo los datos curriculares de cada poeta, el objetivo no es erradicar la figura del autor, sino que la intención fue eliminar el ruido para dejar a la poesía “hablar por sí misma”, destacando su valor intrínseco.
“La intención fue destacar un elemento intrapoético de los textos, porque la obra en sí se ve como un ente vivo, un ente que propone, que habla por sí mismo independientemente de sus autores. La antología es un homenaje a la poesía, es una muestra de lo que se está haciendo de la poesía viva de México. Y viva debe entenderse como el autor vivo que vive todavía, pero la obra misma está viva, está diciendo cosas”, detalló Porfirio García Trejo.
Por otro lado, La semilla desnuda funciona también como una cartografía poética de México, pues como informan los antologadores, al hacer un balance de los poetas incluidos, éstos proceden en su mayoría de la Ciudad de México, Jalisco, Michoacán y Chiapas. Interrogado sobre este hecho, de esta inclinación del centro y sur del país hacía la poesía, Porfirio García Trejo aventuró la hipotésis de que quizá el fenómeno es producto de cierta tradición poética en esas regiones, especialmente en el caso de Chiapas, porque afirmó, “indudablemente hay una tradición, que obviamente están recogiendo los jóvenes chiapanecos, por ello son tantos los poetas que han salido de ese lugar, y no es de ahora, creo que hay una tradición que en otros estados no se ha gestado todavía, pero que a futuro puede ocurrir”.
Porfirio García Trejo (Ciudad de México, 1957) es narrador y poeta, ha sido coordinador de talleres de poesía; coordinador editorial en el Instituto de Cultura de Ciudad Nezahualcóyotl y de Palabra. Colaborador de revistas y diarios como Cambiavía, El Universal, Entre Valles, Excélsior, Expectativas, La Jornada, Novedades, y Palabra.
Es autor de los libros de poemas Antipoemas (1988); Orígenes (1989); Apenas el amor (1990); Desde el silencio (1991); Poemas en crisis (1993); Apenas siempre (1994); Yoli liztli (1996); Flas de la luna (1998); Existiendo a Urambra (1999); Planfetaria visual (1999); Paréntesis de sombra (2000). También ha publicado el volumen de cuentos Por excepción... cierta vez, de 1997.