• Su obra es breve, pero significativa dentro de la literatura mexicana

  • Colegas de la escritora se referirán a su texto El libro vacío

  • Martes 15 de noviembre a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del PBA

 

Con motivo del centenario de su nacimiento, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) hará un reconocimiento a la escritora mexicana de Josefina Vicens, el próximo martes 15 de noviembre a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la participación de Sandra Lorenzano, Aline Pettersson, José de la Colina y Alicia Zendejas.

 

Josefina Vicens (1915-1988) comparte sitio con Juan Rulfo como una autora cuya obra, a pesar de su brevedad, es una de las más significativas de la literatura mexicana contemporánea. Nacida en Villahermosa, Tabasco, fue autora de las novelas El libro vacío (1958) y Los años falsos (1982).

 

El libro vacío es considerado por algunos críticos como la primera novela de carácter existencial escrita en México. En esta obra, Vicens narra la historia de José García, un oficinista y padre de familia que tiene el sueño de escribir un libro, deseo que se estrella una y otra vez con su incapacidad para formular una historia que le parezca digna. En esta novela, el relato se centra en el mundo interno del protagonista, las dudas que le asaltan sobre la legitimidad de que un individuo común y corriente como él sea capaz de escribir un libro trascendente. De esta manera, la autora formula un cuestionamiento al ejercicio mismo de la escritura:

 

“¡Qué absurdo, Dios mío, qué absurdo! Si el libro no tiene eso, inefable, milagroso, que hace que una palabra común, oída mil veces, sorprenda y golpee; si cada página puede pasarse sin que la mano tiemble un poco; si las palabras no pueden sostenerse por sí mismas, sin los andamios del argumento; si la emoción sencilla, encontrada sin buscarla, no está presente en cada línea, ¿qué es un libro? ¿Quién es José García? ¿Quién es ese José García que quiere escribir, que necesita escribir, que todas las noches se sienta esperanzado ante un cuaderno en blanco y se levanta jadeante, exhausto, después de haber escrito cuatro o cinco páginas en las que todo eso falta?”

 

A partir de la intimidad del personaje, la autora proyecta una reflexión sobre el vacío vital de los sujetos contemporáneos. Así lo apuntaba Octavio Paz en el comentario que hizo en su momento a la obra de Josefina Vicens.

 

En la nota que el Nobel mexicano escribe en 1958 directamente a la autora, considera que El libro vacío es una novela “simple y concentrada, a un tiempo llena de secreta piedad e inflexible y rigurosa. Es admirable que con un tema como el de la ‘nada’ —que últimamente se ha prestado a tantos ensayos, buenos y malos, de carácter filosófico— hayas podido escribir un libro tan vivo y tierno. También lo es que logres crear, desde la intimidad ‘vacía’ de tu personaje, todo un mundo —el mundo nuestro, el de la pequeña burguesía—”.

 

En su comentario, Octavio Paz destaca el hecho de que a partir de una narración individualista, centrada en la angustia del creador, Josefina Vicens logre un libro “fraternal”,  en el cual se  asume la “condición fatal de los hombres de nuestra época y puede participar y compartir el destino general”.

 

La escritora homenajeada también destacó como guionista de cine, obteniendo por esta actividad el Ariel en dos ocasiones. En esta área, fue la artífice de algunas películas emblemáticas de la llamada época de oro del cine mexicano, como Las señoritas Vivanco El proceso de las señoritas Vivanco.


Sobre su fecha real de nacimiento no hay consenso. Unas fuentes lo ubican en 1911 y otras en 1915.

 

Josefina Vicens (23 de noviembre de 1911- 22 de noviembre de 1988) estudió Filosofía y Letras e Historia en la FFyL de la UNAM. Fue secretaria de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas; vicepresidenta de la SOGEM; miembro de la Sección de Autores Cinematográficos del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica y del consejo consultivo de premiación en la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas.

 

Autora de guiones cinematográficos como Los problemas de mamá, Los novios de mis hijas, Las señoritas Vivanco y El proceso de las señoritas Vivanco, colaboró con el seudónimo Pepe Faroles en Sol y sombra Torerías. Obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia 1957 por El libro vacío. Obtuvo el Ariel en los años 1977 y 1979 por el argumento de Renuncia por motivos de saludLos perros de Dios, respectivamente. En 1982 obtuvo el Premio Juchimán.

 

También ejerció el periodismo como editorialista política en varias revistas nacionales, colaboraciones que escribió con el seudónimo Diógenes García. Es autora de las novelas El libro vacío (1958) y  Los años falsos (1982).