• Ganadora del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2010

  • “Un prendedor de libélula en el cabello de la selva para ceñir el cuerpo de la tormenta”: imagen de este libro

  • Miércoles 22 de febrero, 19:00 horas en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes

El Instituto Nacional de Bellas Artes invita a la presentación del libro Canciones para adolescentes fumando en el claro del bosque, obra de Manuel Becerra Salazar, ganadora del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2010. Acompañarán al autor, Blanca Luz Pulido y José Francisco Conde Ortega.

 

La cita es el próximo miércoles 22 de febrero a las 19:00 horas en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

 

El jurado del premio estuvo conformado por Miguel Covarrubias, catedrático de la Universidad Autónoma de Nuevo León; Margarito Cuéllar, ganador de este premio en 1985; y José Javier Villarreal, Premio Nacional de Poesía de Aguascalientes. Más de 130 trabajos se inscribieron al certamen en ese año.

 

En entrevista, con motivo de esta presentación, el poeta Manuel Becerra afirmó que parte de una idea esencial: ver a la poesía como necesaria. No puede concebirla desde otro posible ángulo.

 

“Creo en la poesía que está hecha a partir de experiencia y que está construida con cuestiones vitales, sin olvidar el oficio; fondo y forma van de la mano. No hay que olvidar que es una necesidad entrañable en la que siempre está presente un misterio. Confío mucho en ese misterio y le apuesto a eso”, así la entiende y así la vive, dijo Becerra Salazar.

 

“Al principio se da sobre este premisa, que está unida a la de encontrarme con algo desconocido, todavía hasta ahora (y creo que todavía lo seguirá siendo), inasible. Creo que ese es el encanto de la poesía ser inasible y, a la vez, completamente, entrañable”.

 

El poeta refirió que empezó escribiendo muy joven, a los once años: “Para conocer eso nuevo que significaba la poesía (género literario que exige mucho rigor), sin saber por qué o para qué. Me dejó llevar… pero no es sino hasta la adolescencia cuando empiezo a tomarlo más en serio o de una manera profesional.

 

“Me empiezo a armar de lecturas que me marcan. Me dejo atrapar por los simbolistas franceses, los románticos y, en un intento de imitación, surgen poemas que, esa época, consideré valiosos. Después de eso me doy cuenta de que para mí la poesía es una forma de vida. Y lo ha sido hasta ahora… así que no hay manera de concebir la poesía (como ya lo decía antes), si no es como una forma de vida, como una materia realmente entrañable y necesaria”.

 

Becerra Salazar cuenta que escribió el Cancionero en un mes aproximadamente, pero armarlo o revisarlo le llevó casi cuatro años: “En un principio el material no tenía forma de libro, no tenía una estructura o, al menos, no tenía yo la intención de que lo fuera, pero de pronto empiezo a organizarlo y se da como tal. Fue durante mi época como becario en la Fundación para las Letras Mexicanas.

 

“Es un libro extraño, a diferencia de los dos que escribí antes, porque echo mano de voces que aparentemente son ajenas. Aparecen personas conocidas, mi padre, ya fallecido; él aparece a los 15, 16 años, es decir, es un padre adolescente. Mi madre aparece de niña, como narradora protagonista en algunos de los poemas, a los cinco, seis años. Esto en los primeros poemas. Es un libro que disfruté, porque escribí lo que quise escribir de la manera en que quise: siempre con la intención de conseguir alterar, mover, no dejar intacto al lector. Creo que para esto sirve la poesía.”

 

Manuel Becerra Salazar (Ciudad de México, 1983) Poeta, becario de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal y de la Fundación para las Letras Mexicanas. Autor de los poemarios Cantata Castrati (2004), Los alumbrados (Premio Nacional Enrique González Rojo, 2008) y Canciones para adolescentes fumando en el claro del bosque (2010).