• En Guías literarias conoceremos las influencias literarias de los creadores

  • Óscar de la Borbolla hablará de su afición por Antonio Plaza y Giovanni Papini

  • Jueves 23 de febrero, 19:00 horas, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia

Con el fin de escuchar de viva voz de los creadores a los escritores que los han influenciado, el ciclo Guías literarias, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, presenta al escritor y filósofo Óscar de la Borbolla, este jueves 23 de febrero a las 19:00 horas, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en Avenida Nuevo León 91, colonia Hipódromo Condesa,  en la ciudad de México.

 

De la Borbolla ha sido influenciado a lo largo de su vida por varios escritores, entre los que destaca el poeta Antonio Plaza (Guanajuato, 1832): “Un poeta maldito que me influyó mucho por la visión amarga que tenía, por su visión atea”, que leía desde que tenía siete años aproximadamente, agrega, y por lo cual tiene la capacidad de repetir de memoria casi todos sus poemas.

 

En la biografía, escrita por Juan de Dios Peza (México, 1852), acerca de Antonio Plaza, afirma que “ser poeta, es sentir hondo, pensar alto y hablar claro”, características que han logrado un influjo dentro de la propia obra del escritor Óscar de la Borbolla, al igual que las que le ha proporcionado el poeta italiano Giovanni Papini (Florencia, 1881), quien lo acompañó estrechamente durante etapas clave en su vida.

 

“Encaminado por esa brecha, descubrí al escritor Giovanni Papini, quien me acompañó toda mi adolescencia. Leí todo Papini; Bufonadas, Un hombre acabado, El crepúsculo de los filósofos, por ejemplo. Es un autor de una fuerza en la prosa que parece que escribiera con el estómago, con las vísceras, potentemente”, dice en entrevista.

 

La obra de Papini y Plaza conforman la influencia por la que adquirió ese tono apesadumbrado que se devela en sus novelas, comenta; y la parte irónica, humorística y descarada que tiene al escribir, se la debe al escritor y filósofo francés Voltaire (París, 1694), pues dice, “me di cuenta que el humor es un instrumento de subversión potentísima; me ha gustado, y además en el fondo en lo que yo escribo hay una especie de amargura, de pesimismo”.

 

El autor reconoce en Julio Cortázar (Bruselas, 1914) y Gabriel García Márquez (Colombia, 1927), otra “huella” que lo ha dejado muy marcado, sobre todo al García Márquez de El otoño del patriarca (1975), porque “esa fue una novela que a mí me deslumbró mucho y he leído varias veces”.

 

Óscar de la Borbolla (Ciudad de México, 1949) Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tiene maestría en Filosofía en la División de Estudios Superiores de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Doctorado en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, España. Actualmente desarrolla la tesis doctoral: “Superación y Nihilismo en Nietzsche”. (La primera parte de esta tesis: “Introducción a la Filosofía de Nietzsche”, fue publicada por la UNAM en 1991).

 

Entre algunas de sus publicaciones están Vivir a diario (1982), Los sótanos de Babel (1986), Las vocales malditas (1988), Ucronías (1989), Nada es para tanto (1991),  Introducción a la filosofía de Nietzsche (1991), La muerte y otros ensayos (1993), Todo está permitido (2002), Asalto al infierno (1999), El ajonjolí de todas las soluciones (2000), Manual de creación literaria (2002), Instrucciones para destruir la realidad (2003), La risa en el abismo (2004), La rebeldía de pensar (2006), El futuro no será de nadie (2011), entre otras.