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Traducir: soñar en otra lengua, hacerse niño

Además de su propia obra, Seligson ha dedicado buena parte de su tiempo y pasión a traducir otros autores al español. Sobre esta labor, ella misma escribió como colaboradora de La Jornada: “Cada lengua contiene el secreto del fluir de la existencia humana y sus afinidades con la existencia cósmica.  Por ello, cada lengua es única, y “todas” las lenguas son, en su esencia, similares. De ahí que, en un momento dado, traducir de un idioma a otro parezca “fácil” y, a la vez, prácticamente imposible (...) aunque las palabras parezcan sinonimizables, son, en realidad, insustituibles.”

Ha traducido a Edmund Jabés, a quien describe como un “místico ateo”, y representa una de las influencias de su obra. Además, entre finales de los setentas y principios de los ochenta, tradujo del francés Contra la historia, Del inconveniente de haber nacido y La caída en del tiempo, del escritor E.M. Cioran. La obra de este autor, sumamente original, se mueve entre el aforismo y la filosofía marcada siempre por un pesimismo muy peculiar.

Cuenta que un libro de Cioran llegó a sus manos en una época que no creía en nada. “Yo sólo he traducido autores de los que me enamoro, escritores que han dicho lo que yo no puedo decir, que han expresado lo que yo siento y que yo no expreso”.

Los textos de Esther Seligson, tanto por sus influencias místicas como por su incorporación de mitologías y arquetipos, son considerados por muchos sumamente complicada. Sin embargo, su prosa es siempre bellísima y reveladora.

A la autora no le preocupa que califiquen su obra de difícil. “La literatura y que me perdonen, no está escrita para los ignorantes, lo siento muchísimo, de ninguna manera, un inculto no puede leer nada. La literatura es de todos, menos de los ignorantes, por supuesto.”