Esther Seligson: prosa de errante belleza
por Adriana del Moral Espinosa
¿Cómo se arma un libro?
Igual que un barco,
le respondí a mi nieta
requiere de muchas travesías
de algún naufragio
tocar puertos seguros
una tempestad de tanto en tanto
marineros solidarios
paciencia inquebrantable
(…) muchas plegarias por equipaje
y al timón
la providencia.
Rescoldos (2000)
Dar clases, viajar y escribir son las tres pasiones que Esther Seligson reconoce. Nació el 25 de octubre de 1941en la Ciudad de México. Es descendiente de judíos ortodoxos inmigrantes, y quizá por ello se considera condenada a la extranjería perpetua. Escribe prosa poética y ensayo literario.
Fue maestra del Centro Universitario de Teatro por más de 25 años. Ha dado también clases en el Centro de Estudios Hebraicos y seminarios sobre judaísmo en diferentes lugares. Afirma que su actitud como maestra no es la de impartir, sino “compartir conocimientos, reflexiones, hallazgos, inquietudes.”
Estudió por dos años la Cábala en Jerusalén, con un grupo formado exclusivamente por mujeres. “Cábala quiere decir recibir, el cabalista es el que busca para recibir, ¿qué recibe?, pues la luz.”, explica.
El Tíbet, París, Praga Toledo y el sur de la India son puntos importantes en el itinerario de su vida. “Es bueno ser errante y peregrino. Sentirte extranjero en cada ciudad en la que vives te permite un contacto más emotivo.”
Elena Poniatowska la describe así: “Esther Seligson me atrajo por su capacidad de fakir, la vi en Jerusalén y me dio el gran espectáculo de su belleza quemada por el sol del desierto.”