El incesante peregrinar de su escritura
Empezó a publicar a los 24 años en los Cuadernos del viento de Huberto Batis, con quien tuvo una relación que hoy en día perdura en amistad. También colaboró en la Revista Mexicana de literatura, de Juan García Ponce. A los veintiocho años apareció su primer libro: Tras la ventada de un árbol, que reúne varios cuentos.
Su novela Otros son los sueños ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1973. En este año, el premio también le fue concedido a Federico Arana, Héctor Aznar, José Emilio Pacheco y Tomás Segovia.
Otros son los sueños habla de la búsqueda de identidad hacia el interior. La protagonista es una mujer que habla a través de monólogos interiores, sin identificarse a lo largo de varias páginas. A lo largo de un viaje en tren, su voz empieza a dialogar con su esposo, mientras se recorre un trayecto mental y anatómico.
De sueños, presagios y otras voces (1978) es una colección de relatos en prosa poética editada por la UNAM. Contiene narraciones protagonizadas por personajes de la mitología griega como Electra, Orfeo y Eurídice.
Una de las obras más importantes de Seligson, es sin duda La morada en el tiempo (1981). En ella desfilan arquetipos históricos que recorren el tiempo y que de algún modo simbolizan a Israel, a la divinidad y al creyente aislado.
En este texto, el hombre recorre el universo sin un sentido que lo dirija y su peregrinar no termina nunca. “Si para que el mundo existiera tuvo que operarse un vacío, y si para que el hombre ocupara un lugar en él tuvo que operarse otro vacío, ¿qué tenía entonces de particular que los humanos fuesen seres de nostalgia?”, dice en esta obra, colección de recuerdos, referencias y citas.
Diálogos con el cuerpo (1984) recoge cuatro narraciones que habían aparecido en 1977 en otro libro: Tránsito del cuerpo. En esta obra se construye la relación amorosa sin nombrar a la otra persona, sino a su cuerpo. Está repleto de sensaciones, es un intento por sentir los pulmones, el corazón y el estómago a través de la sensualidad.
“El cuerpo no es un laberinto donde se pierde otro cuerpo tanteando a ciegas; es, por el contrario, un lento descender en círculos concéntricos y aún más lento ascenso aglutinante (...) sendero que el tacto recorre con parsimonia gozosa como quien deja correr entre los dedos uno a uno los granos de arena, las gotas de agua...”
Personal y mitológica a la vez es la novela Sed de mar (1984). En ella se relata de forma epistolar la verdadera historia de Ulises y Penélope. Su mujer impreca a Ulises en una larga carta escrita a lo largo de su ausencia donde hilvana todos los hilos de su ausencia: la nostalgia del cuerpo adorado, la juventud perdida, el enigma de su fidelidad...
De esta obra, la autora revela: “me costó cinco años, y mira qué cosita es, son cinco años de vida, de cartas, de una relación. Y luego te dicen ¡ay!, qué bonito escribes.” Pero es que en efecto, su escritura es hermosa: “El aroma de las calles revuelve en mi boca el sabor de tu ausencia”, dice en Sed de mar.
Otra prueba de la bella prosa de Seligson en voz de Penélope: “Para mí el adiós no fue una separación ni una partida. Decir adiós es alejar a la muerte, desafiarla, reducirla, deshacerse de ella porque ella se deshace de sí misma. Decir adiós, avisan los poetas, es el más fuerte de los asideros, la medida mayor de la resistencia a separarse. ¿Y se acaba un adiós? No tenía por qué dudar de su fidelidad ni por qué temer el olvido:habíamos creado un puente que ambos sabríamos atravesar de orilla a orilla sobre el río de la ausencia.”
La fugacidad como método de escritura (1989) reúne ensayos sobre diversos escritores, donde la autora busca el centro de cada uno, el momento en que han recuperado el instante a través de la escritura: el recuerdo en Proust, la vivacidad en Clarice Lispector, el anhelo mágico en Elena Garro, la desintegración del discurso en Bertolt Brecht...También revisa a autores como Rilke, Virginia Wolf, Inés Arredondo, Fernando del Paso, Kafka, Ionesco y Cioran, entre otros.
Seligson explora la obra de otros autores de acuerdo a sus intereses personales, descubriéndose en muchas ocasiones a sí misma. De Rilke dice que “...fue un vagabundo siempre en busca de una patria espiritual, de una casa donde albergar su inseparable y necesaria soledad, de un seno absoluto donde diluirse.” Y de Virginia Woolf, que “[su] feminismo opta por trascender la imagen de la pugna entre sexos y concentrarse en la naturaleza asexuada, o andrógina, del artista”.
Publicado en 1990 El teatro, festín efímero (Reflexiones y testimonios), es un amoroso homenaje a directores, dramaturgos y actores. El libro reúne textos y entrevistas publicadas en El Heraldo de México, La Jornada, Proceso, Escénica y Diorama de la cultura.
Con esta obra, la autora intentó responder a una cuestión surgida de su labor como maestra: ¿Cómo hablarles a las nuevas generaciones de los actores que no conocieron, de los montajes de Julio Castillo o Alejandro Jodorowsky? El problema del teatro es en este sentido, un problema de continuidad.
Isomorfismos (1991) contiene pequeños relatos fragmentarios. En opinión de la poeta Myriam Moscona, este libro “busca captar en el amor sus rostros diabólicos y angélicos. En sus distintos planos narrativos hace eco de la anunciación: “No hay sitio vacío de Dios”. Para ella, el libro también revela que “es el amor el que nos elige para servir en sus templos... Somos nuestro cuerpo y la realidad que lo circunda: ésa es nuestra semejanza divina.”
Hebras (1996) está dividido en cinco apartados. Reúne reflexiones y relatos cortos. En el libro vuelven a aparecer numerosas referencias a mitos clásicos. Su epígrafe dice que todo libro se escribe en la trasparencia de un adiós. Y por lo menos en el caso de Seligson esto resulta frecuentemente cierto. “Cuando armo un libro quiere decir que esa etapa ya se acabó.”, explica. Su libro Simiente (2004), es una prueba. Es una suma de poemas, cartas y viñetas en memoria de Adrián Joskowicz, uno de los dos hijos que tuvo con su ex exposo Alfredo Jozcowicz, director cinematográfico.
Además, ha publicado otros libros, la mayoría de ellos en ediciones no comerciales y de escasa circulación.