- Que parezca un accidente tomó siete años en publicarse, dijo Elma Correa; mientras Maricarmen Velasco reconoció que las mujeres han ido plantándose en la literatura y Héctor Perea consideró que escribir es una profesión
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), realizaron una charla entre escritores ganadores de los Premios Bellas Artes de Literatura, en el marco de la 45 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FIL de Minería), con la finalidad de compartir su experiencia en torno a los galardones otorgados por la máxima institución cultural del país.
La mesa, realizada en la Sala de Usos Múltiples del Palacio de Minería, estuvo conformada por Elma Correa, Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila 2022; Maricarmen Velasco, Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2022; así como Héctor Perea, Premio Internacional Alfonso Reyes 2019, moderados por la subdirectora de Documentación y Publicaciones de la CNL.
En su participación, Elma Correa puntualizó que las mujeres tienen que trabajar el doble o triple que los varones para obtener reconocimiento por su trabajo, y que el haber ganado el Concurso de Cuento Juan José Arreola, así como el galardón que otorga el Inbal, significó deshacerse del síndrome del impostor: “Entender que mi voz de alguna manera es valiosa, lo que una morra norteña como yo, de un barrio bravo de Mexicali allá en el noroeste, tiene para decir, es relevante, porque las instituciones están legitimando mi trabajo, y aunque de alguna manera no debería importarme, pues claro que importa”.
Al hablar sobre Lo simple, obra con la que fue premiada, declaró que su primer libro, Que parezca un accidente, tomó siete años en publicarse, por lo que pensó que el siguiente tardaría lo mismo: “En este escenario llega la pandemia. Yo sé que todos lo pasamos fatal, pero el encierro me permitió ir al banco de archivos que tenía y escribir. Entonces aproveché para escribí tres libros en un año, que es una locura, dos de ellos premios nacionales”.
Por su parte, Maricarmen Velasco destacó que ha sido una alegría inmensa recibir el premio, y refirió que ha significado un cúmulo de oportunidades en todos los aspectos: “Ha sido una cosa lindísima. He conocido gente de todo tipo, he conocido escritoras muchas, buenísimas, con y sin premio. Me impresiona cómo las mujeres han ido plantándose en la literatura. También amigos escritores muy lindos, gente con una gran calidad humana”.
Respecto a su poemario, La muerte golpea en lunes, puntualizó que fue un libro que quiso escribir hace más de 12 años, en la época de la declaración de la guerra contra el narcotráfico: “Pasó el tiempo, y en 2018 estaba tratando de escribir un libro. Sí me quedaba claro que quería escribir una historia de manera poética, y empecé a escribir, y me di cuenta que estaba escribiendo la voz del personaje o la personaja de este libro, y ahí empecé a trabajar hasta hoy, que estamos aquí”.
Finalmente, Héctor Perea afirmó que la creación literaria, a este nivel, no es una afición: “Es un gusto para los escritores, pero es una profesión también, y generalmente es una profesión que se desarrolla entre dos o tres profesiones más que te quitan el 90 % de tu tiempo, y muchísima de la concentración que deberías tener para trabajar estos materiales que pueden terminar siendo premiados nacional o internacionalmente”.
También refirió que no es ninguna vanidad aspirar a ganar los certámenes o poder vivir de escribir: “Para nosotros es una profesión. El primer escritor profesional moderno de México podríamos considerar que fue Carlos Fuentes, porque el mismo dijo “Soy un escritor profesional”, pero junto a él estaba un montón de escritores brillantes que no lo decían”.