- El jurado considera que el autor de Tercera cuerda demuestra dominio de las técnicas narrativas con una prosa ágil y efectiva
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), mediante la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), el gobierno del estado de San Luis Potosí, a través de su Secretaría de Cultura, y el Museo Francisco Cossío, después de revisar las propuestas participantes en el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila 2023 determinaron que la obra ganadora es Tercera cuerda, de Eduardo Pérez Espinosa.
El jurado, integrado por Liliana Pedroza Castillo, Aniela Rodríguez Zapata y Ramón Alvarado Ruiz, consideró que en esta obra el autor demuestra dominio de las técnicas narrativas con una prosa ágil y efectiva. Se tomó en cuenta su capacidad de creación de personajes complejos y la variedad de escenarios y registros que presenta, así como su cohesión temática central donde las historias se mueven dentro del mundo del deporte.
Respecto al premio, el autor se dijo feliz y agradecido con el jurado por haber valorado su propuesta literaria. Señaló que su trabajo de años se puede ver reflejado en la obtención de este premio que cuenta con gran prestigio y que ha ganado escritoras y escritores de reconocida trayectoria.
“En Tercera cuerda se cuentan historias en las que prevalece una idea de renacimiento de personajes que, pareciera, tienen definida su suerte hacia el lado negativo. Pero en todos ellos hay una vocación, una esencia de espíritu que los mueve a no rendirse. Saber que, aunque las condiciones no son del todo favorables, siempre habrá un último respiro que los haga dar un giro, un último giro. Entonces, la base central de los cuentos es saber si lo lograrán o no”, explicó.
De acuerdo con el autor, la obra reúne 12 cuentos y tres de ellos son historias que tienen a una luchadora como personaje central. “Cuando empecé el primer cuento me apasionó imaginarme a Lupita Gurrola y sentí que no podía quedarse en una sola narración. Es una luchadora que proyecta el afán por salir adelante y vencer las adversidades que se presentan en un ambiente predominantemente masculino. Es por esto que consideré que debía ser el puntal en esta selección de cuentos”.
Sobre la creación de sus personajes y ambientes —características tomadas en cuenta por el jurado para seleccionar esta obra como ganadora—, Pérez Espinosa contó que estos son apasionados, viven, sienten y proyectan esas sensaciones para que el lector las perciba con plenitud. Los personajes se compaginan con las atmósferas, con ambientes en ocasiones turbios.
“Para mí, lo importante es que el lector no solo lea una historia, sino que sea capaz de verse inmerso en el escenario, que distinga el calor, los olores, los ambientes. Que aprecie de cerca el dolor del golpe, de una estocada, la envidia, los celos, la frustración y la alegría. Que diga, no puede ser, ¿cómo pasó esto?”, dijo.
Sobre el título del libro y su interés por el deporte, compartió que desde niño ha sido fanático de los deportes, sobre todo de la lucha libre y del box de los años ochenta y noventa, y que le emociona lo que se genera en los estadios y en las arenas: ver a la gente, sus emociones y los ambientes.
“Creo que en México los deportistas viven a contracorriente. No solo en el aspecto económico, sino también en los entornos en los que se encuentran. Son personajes con contrastes que son merecedores de contarse. Me gusta imaginar la otra parte de la historia de estos personajes, esa que no tiene que ver con la parafernalia o los reflectores, sino la parte de la vida ordinaria, que no siempre es sencilla, y lo complicado que es mantenerse vigente en la parte del espectáculo”, subrayó.
Respecto a la importancia de este premio para su carrera literaria, dijo que representa una gran motivación y que lo percibe como un impulso de enormes magnitudes para seguir escribiendo sobre temas que le inquietan, que le llaman la atención y que considera que son dignas de contarse.
“Cuando era niño escuché una canción de Joan Manuel Serrat, Pueblo blanco, que dice en un fragmento: ‘y me pregunto pa qué nace la gente, si nacer o morir es indiferente’. Este segmento me ha seguido en forma cotidiana y lo he ido madurando al paso de los años. Es una idea de trascender, de dejar un legado para que la gente algún día diga: mira, ¿ya leíste lo que escribió un tal Eduardo Pérez Espinosa? Bajo este enfoque, el galardón es un parteaguas en la búsqueda de este afán de difundir mi trabajo y que los lectores lo conozcan”, finalizó.
Un impulso al cuento desde 1974
En abril de 1974, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y el gobierno del estado de San Luis Potosí, por medio de la Casa de la Cultura, convocaron por vez primera al entonces Premio Nacional de Cuento. Desde esa fecha, el certamen se celebra anualmente. El requisito consiste en enviar un libro inédito de cuentos en español.
En 50 ediciones, autoras y autores como Eraclio Zepeda (1974), Poli Delano (1975), Ignacio Betancourt (1976), Agustín Monsreal (1978), Alberto Enríquez (1981), Cristina Rivera Garza (1987), Eusebio Ruvalcaba (1992), Francisco Hinojosa (1993), Beatriz Espejo (1996), Alberto Chimal (2002), Armando Vega Gil (2006), Edmeé Pardo (2009), Lorel Hernández Manzano (2014), Sergio Alberto Mendoza Hernández (2019), Néstor Isay Pinacho (2020), Claudia Velina Reina Antúnez (2021), Elma Aurea Correa Neri (2022) y Eduardo Pérez Espinosa (2023) han obtenido esta distinción.