Lenguajes

  • La charla con Rocío Cerón y Alejandra Olson se llevó a cabo en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), mediante la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) y el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia (CCLXV), llevaron a cabo el conversatorio Lenguajes expandidos: Poesía y música, como parte del ciclo Letras en expansión, cuyo objetivo es difundir el lenguaje literario a través de su integración hacia otros medios y soportes, como la experimentación con la imagen, el cuerpo y el sonido. 

Moderados por la responsable del CCLXV, Dulce Chiang, participaron la poeta Rocío Cerón y la artista visual Alejandra Olson, quienes compartieron sus experiencias como escritoras y creadoras transmedia. 

En su intervención, Alejandra Olson contó que la relación que tiene su obra con el trabajo transmedia surge de una curiosidad de llevar el lenguaje más allá, a otras experiencias; sobre cómo el lenguaje, tanto el escrito como el visual, así como el sonoro, se puede transformar y convivir e incluso tener un diálogo entre sí. 

“La curiosidad me obligó a investigar y buscar la manera de conjuntar estos lenguajes, siempre a partir de la poesía, para llevarlos a otras instancias y hacia otras disciplinas. Esta curiosidad me ha dado vueltas desde siempre, pues entre mis principales intereses está experimentar con la palabra escrita, con el lenguaje visual y con el lenguaje sonoro”, dijo.

También comentó que en el silencio también se pueden encontrar sonidos que pueden ir más allá de la percepción inmediata de quien escucha y afirmó que “esta percepción es la que se busca como poeta estar a la expectativa de aquellas cosas que parecieran insignificantes, pero que son magníficas. El sonido puede ser maleable y se puede tomar, moldear, cortar, pegar y, de pronto, se convierte en algo alejado de lo que fue en un principio”. 

Por su parte, Rocío Cerón explicó que la poesía ya tiene musicalidad en sí misma y señaló que en su obra reúne paisajes sonoros con música electrónica y con música que proviene de otros instrumentos musicales, así como de la propia voz. 

Subrayó que la curiosidad del poeta y su capacidad para encontrar música y sonoridad donde, quizá, la mayoría de las personas no la escuchan, como los sonidos de la ciudad, la música, de la gente, los murmullos, los susurros, los silencios o la falta de silencios. 

“La musicalidad ya se puede encontrar en el poema; pero cuando haces poesía y música con otros sonidos o con otras apropiaciones sonoras, resultado de la experimentación, se convierte en otra cosa. Pienso en lo volado de la voz y en lo lineal de la escritura. En ese acto mágico del habla, del lenguaje, de la voz y de la linealidad del signo del lenguaje escrito, finalmente hay rítmica y sonido ritual. A mí me interesa encontrar esas sonoridades dentro de esas ritualidades”, señaló.

Además, comentó que uno de sus principales intereses es tener grabaciones que funcionen como testimonios y como una memoria sonora que pasa por la lectura y por una interpretación personal y subjetiva de lo que se escucha en ellas. 

“Entendí que el poder del poema está también en abrirlo al cuerpo del sonido y a otras exploraciones; si el lector quiere leer el libro, lo puede hacer; sin embargo, la experiencia como interlocutor en un espacio donde el poema sucede en el espacio-tiempo y en relación con el espectador, pasa otra cosa”, comentó.   

Para finalizar la charla, las creadoras presentaron algunas de sus obras más emblemáticas, piezas en las que se destaca la poesía enriquecida con lenguajes sonoros y visuales, con lo cual comentaron que estas experimentaciones sonoras implican una ruptura con el espacio-tiempo, con la normalidad y representan un espacio disruptivo que invita al espectador a ralentizar o a repensar su propia lectura de la poesía e, incluso, de su vida.