- El micrófono abierto se llevó a cabo en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del Inbal
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), mediante la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) y el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia (CCLXV), llevaron a cabo el micrófono abierto Lenguas indígenas como parte del ciclo Las diversas raíces, en el cual poetas, escritoras y escritores destacaron la importancia de pensar la literatura desde sus lenguas maternas.
En la charla participaron la poeta, narradora y promotora cultural Celerina Sánchez; el poeta Alfredo Santiago; la poeta y traductora Diana Domínguez; la embajadora cultural de la comunidad Comcaác (Sonora), Zara Monrroy y el poeta Juventino Gutiérrez Gómez.
Celerina Sánchez compartió las dificultades que tuvo durante su infancia al no saber español y explicó cómo fue que se asumió como mixteca y fue descubriendo su cultura, su identidad y la necesidad de utilizar la literatura como una forma de expresarse.
“Viví una época bastante fuerte, porque cuando entré a la primaria no hablaba español, no lo entendía. La interacción con otros niños fue difícil, porque me empezaban a agredir. No sabía lo que me decían y eso fue duro para mí. Cuando empecé a entender un poquito de español no sabía que era mixteca, no me identificaba como tal, hasta que cumplí alrededor de 20 años, cuando empecé a retomar mi historia, a saber quién era y fue cuando sentí la necesidad de escribir”, refirió.
Por su parte, Zara Monrroy manifestó que su lengua materna representa una manera de identificarse con su entorno, con su comunidad y confesó que el español le sigue pareciendo una lengua complicada.
“Para mí fue difícil, desde mi comunidad, aprender el español, porque es otro mundo. Hasta la fecha el español me parece complicado, no soy buena con ese idioma, porque mi mente está fundada en mi lengua materna y es la que hablo. Empecé a hablar español gracias a que empecé a cantar en la iglesia de mi pueblo”, dijo.
En su turno, Alfredo Santiago destacó que la apertura de estos espacios es importante, porque las lenguas originarias representan una resistencia a un mundo cambiante y cada vez más drástico, respecto a los avances literarios, artísticos, económicos y sociales.
“Para mí, hablar mi lengua materna representa resistencia; lo noté cuando llegué a la Ciudad de México, a un contexto totalmente diferente, donde te enfrentas a varias situaciones, incluida la exclusión y la discriminación. Empecé a trabajar la escritura a raíz de que mi abuelo me contaba muchas cosas, quise rescatar parte de sus enseñanzas a través de la literatura”, agregó.
Por otro lado, Juventino Gutiérrez comentó que, desde su experiencia, tuvo que migrar a la capital del país por necesidades personales, pero señaló que es el caso de muchas personas, quienes se movilizan de sus comunidades en busca de mejores oportunidades.
“Actualmente los jóvenes tienen mayor oportunidad de estudiar y la tecnología también ayuda. Ya no tienen miedo de salir al mundo porque desde pequeños aprenden a hablar español y lo hacen bastante bien. Primero aprenden español y luego viene la lengua materna”, explicó.
En tanto, Diana Domínguez dijo que su acercamiento a la lengua mixe se debió a que notó que las personas mayores estaban interesadas en aprender español para poder comunicarse con sus familias, pues éstas ya no hablan su lengua materna.
“Me di cuenta de que en mi comunidad las personas mayores querían aprender español para comunicarse con sus nietos. Esto me parecía injusto, porque les estamos obligando a dejar su lengua. Eso me hizo reflexionar sobre qué estoy haciendo para ayudar a preservar mi lengua materna”, puntualizó.