- En la Sala Manuel M. Ponce se destacó que el Inbal mediante este festival brinda espacio e impulsa la diversidad de voces que habitan el panorama poético y social habitado y construido por mujeres
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), y del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia (CCLXV), en colaboración con El Golem Revista Literaria electrónica, llevaron a cabo la clausura del 4° Festival Internacional de Poesía Vértice Violeta, el cual reunió a 32 poetas de 14 países, quienes compartieron de forma presencial y virtual su obra escrita en idiomas como árabe, español, portugués, chino, hindi, maya, mixteco, purépecha, otomí y seri.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Leticia Luna Aguilar, titular de la CNL, y Dulce Chiang, encargada del CCLXV, presentaron y moderaron la mesa, en la cual las poetas mexicanas Sara Uribe, Carla Faesler, Julia Santibáñez, Claudia Posadas, Margarita León y Angélica de Icaza, compartieron fragmentos de su obra además de ideas acerca del papel y la importancia que tiene la voz de las mujeres en la literatura y la sociedad.
Sara Uribe, autora de obras como Antígona González (2019) y Abroche su cinturón mientras esté sentado (2017), dio lectura a fragmentos de Un montón de escritura para nada (2019), en el que, dijo, renombró la figura masculina del sujeto lírico para referirse a esta herramienta literaria desde lo femenino, de manera que ella se sintiera cómoda e identificada al relatar sus versos.
“Normalmente, a la voz que habla en los poemas, los estudiosos de la literatura lo llaman sujeto lírico; pero cuando empecé a pensar en ese sujeto lírico, pues no me identificaba, porque es masculino; entonces decidí llamarle ‘la enunciante’, y en mis poemas no habla el sujeto lírico, sino la enunciante”, dijo para posteriormente leer algunos versos que abordan problemáticas dentro de la literatura y la sociedad, como la violencia sexual y la disparidad económica, laboral, familiar y estructural que afrontan las mujeres.
La poeta, narradora y artista experimental Carla Faesler compartió fragmentos de Texto (2022), en el cual, afirmó, aborda propuestas y cuestionamientos sobre su relación como mujer con la palabra escrita.
A veces te autocensuras por vergüenza, por miedo, por odio a ti misma o por culpa con los demás. Escribir vale la pena, aunque sea solo para experimentar eso (…) Me gusta la escritura porque es como la música: un misterio que se va revelando con el tiempo (…) Me gusta pensar que cuando escribo mal una palabra, estoy abriéndome un espacio en donde estoy yo sola de pie, plantada contra el mundo, dijo como parte de su lectura, a la cual dio cierre con un fragmento del poemario DRON (Mi madre era granadero) (2020).
Julia Santibáñez, poeta, editora del suplemento El Cultural del periódico La Razón y coordinadora de la Cátedra Carlos Fuentes de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, abordó, a partir de su obra particular, ejes temáticos que se encuentran presentes en la literatura femenina actual: las mujeres como seres deseantes y no de deseo, la violencia, el abuso sexual y el feminicidio, así como la maternidad y el amor.
En la poesía estamos rompiendo muchos esquemas. Espero comunicar algunas de las multiplicidades de tonos, de intenciones, de tensiones y de temáticas que habitan el paisaje de la poesía que estamos haciendo hoy, dijo, y compartió poemas de sus libros Ser azar (2016) y Eros una vez (2017).
Claudia Posadas, galardonada con el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009, y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte 2011 y 2016, recordó la labor de la poeta y filósofa italiana, considerada precursora del feminismo occidental, Christine de Pizan, con la lectura de La querella de la rosa.
Hablo desde esa oculta, aunque poderosa, conciencia que mi buena madre no pudo entrever, presa, como casi todas nosotras de ese actuar fantasmal con el cual dirigía con la amarga intención, pero también con fantasmales palabras que no te ayudase más allá de lo necesario porque las ponderaciones del alma y de la mente son ardides malignos. Que no mirase de más, que siguiera bordando. Que una mujer no necesita ilustrarse, leyó la también periodista cultural y promotora.
La poeta otomí Margarita León compartió fragmentos de sus poemarios bilingües Ya Bꞌospi / Cenizas(2019), donde aborda la muerte y el luto, y Ya pa otho ya xudi / El tiempo sin sombra (2022), en el cual, a través de una búsqueda personal, la escritora originaria de Hidalgo, intenta mostrar la diversidad lingüística y la manera de entender el mundo desde su cultura.
Finalmente, la gestora cultural Angélica de Icaza, quien afirmó que el ejercicio de leer es arroparse, y de escribir, desnudarse, metafóricamente hablando, dio lectura a algunos de sus poemas inéditos. No soy únicamente una mujer, soy todas las mujeres. Amo hasta sentir que cada despedida es un naufragio”, mencionó al leer Mujer y Naufragio.
En tanto, Leticia Luna recordó que, desde hace cuatro años, de forma consecutiva, la CNL-Inbal, en conjunto con la revista literaria El Golem, a través del Festival Internacional de Poesía Vértice Violeta reúnen, en el marco del Día Internacional de la Mujer, las voces y la obra de las poetas, con el objetivo de apoyar la equidad de género, así como reconocer la obra de las autoras y su presencia en la comunidad literaria de nuestro país y del mundo.
“Para la Coordinación Nacional de Literatura es prioridad generar espacios para la participación de las escritoras, divulgar su obra y fomentar una memoria de la literatura escrita por mujeres”, indicó.
Dulce Chiang agregó que el Festival Internacional, el cual reunió en esta edición más de una treintena de autoras de diversas regiones del mundo, reafirmó el objetivo de brindar espacio e impulsar la diversidad de voces que habitan el panorama poético y social habitado y construido por mujeres.
“En esta cuarta edición, en que han participado 32 mujeres poetas de 14 países del mundo, y 11 lenguas diversas, originarias de México y Latinoamérica, estamos muy orgullosos, porque una de las misiones del festival es la inclusión y el reconocimiento no solo de la escritura y de la mujer, sino de todas las mujeres que vienen detrás de cada una de ellas y que tal vez no tienen los mismos foros y las mismas oportunidades de esta expresión pública”, concluyó.