· En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna se presentaron los libros escritos en mazahua y otomí, los cuales muestran la contemporaneidad de las lenguas originarias de México
En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, moderados por la escritora y docente de origen mazahua Susana Bautista Cruz; los escritores mixes Ana Matías Rendón y Juventino Gutiérrez Gómez, presentaron los poemarios que forman parte de la Colección Literaturas en Lenguas Originarias de América Miguel León-Portilla, editada por la Universidad de Guadalajara y que, en palabras de los integrantes del presídium, muestran la contemporaneidad y vitalidad de las lenguas originarias en México.
Susana Bautista, al respecto, celebró la importancia de que la literatura escrita en idiomas como el otomí y el mazahua —lengua que, dijo, por primera vez tuvo espacio en el Palacio de Bellas Artes— guarden vigencia a través de ambos poemarios; los cuales están ligados por el recuerdo y la tradición de sus pueblos.
“Desde hace 40 años no teníamos un registro en la literatura mazahua. Las voces de ambos poetas recurren a esta parte de la memoria, pero también reconstruyen la historia de sus pueblos. Desde la enfermedad, en el caso de Margarita; desde la migración en el caso de Francisco. Ambos se han ido posicionando y tomado un lugar en las letras mexicanas al recuperar en sus propios términos, cultura y lengua; creando un espacio discursivo que reposiciona la tradición indígena en el nuevo escenario cultural del país”, mencionó.
Ana Matías Rendón coincidió en los autores abordan a través de sus letras, de manera diversa, un mismo tema: el de los recuerdos y el dolor vistos de manera grupal e individual, respectivamente.
“En su libro, Francisco habla del recordar colectivo. Además, nos trae relatos antiguos de su cultura, pero también desde su pueblo; algunos no son tan antiguos, pero son parte del pasado y siguen doliendo y se siguen presentando. Margarita aborda un recuerdo individual que se está peleando con el tiempo, con reflexiones personales que nos entrega la autora, donde la pérdida, el dolor, todo empieza a calar”, dijo.
Por su parte, Juventino Gutiérrez explicó que, a pesar de las peculiaridades y formas de concebir el mundo desde su conceptualización lingüística, las obras remiten a la manera en que dichas culturas afrontan temas como la enfermedad o la lejanía y los espacios habitados.
“En Ya pa otho ya xudi / El tiempo sin sombra, la autora presenta la ausencia de la sombra o lo que entenderíamos en palabras más generales: el alma, el corazón, la identidad, la vida; y nos recuerda aquellas enseñanzas ancestrales, las palabras de nuestras abuelas, abuelos, que a este mundo no venimos solos, nacemos con un alma par, un nahual. B’úba ma mi jingua / B’úba desde el origen; en tanto, es un libro de creación, un bestiario simbólico de la formación del universo y los seres vivos; no solo del mundo mazahua, sino de este espacio que habitamos”, refirió.
Espacio de reconstrucción y conciliación a través de las lenguas
En entrevista, Francisco León y Margarita León refirieron que B’úba ma mi jingua / B’úba desde el origen y Ya pa otho ya xudi / El tiempo sin sombra, son obras en las que la literatura es, además de un legado lingüístico, un punto de encuentro y de conciliación personal y cultural.
“Es una forma de conciliar también dos pensamientos que hoy en día parece que como seres humanos, como parte de una sociedad, intentamos hacer que colisionen”, comentó el también narrador, investigador y traductor mazahua.
Asimismo, la poeta y psicóloga hñähñu refirió que, si bien este libro es parte de una búsqueda personal, también intenta mostrar a través de las letras, la diversidad lingüística y la manera de entender el mundo desde su cultura.
· En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna se presentaron los libros escritos en mazahua y otomí, los cuales muestran la contemporaneidad de las lenguas originarias de México