- Ismene Mercado, Cecilia Salas, Ixchel Sepúlveda y Valentina Ortiz participaron en el programa ¡Que Vivan las Mujeres!, en el marco del Día Internacional de la Narración Oral
Con cuentos, historias y mitos de la tradición oral, las narradoras Ismene Mercado, Cecilia Salas, Ixchel Sepúlveda y Valentina Ortiz dieron vida al espectáculo …Y Sherezada salvó a las mujeres, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en conmemoración del Día Internacional de la Narración Oral.
La puesta en escena, que a través de su título evoca a la narradora del libro Las mil y una noches, considerada pionera de las y los cuentacuentos se desarrolló el domingo 20 de marzo en el marco del programa ¡Que Vivan las Mujeres!, con el cual, durante este mes, se reconoce a las autoras y creadoras artísticas y literarias.
Como parte de la campaña #VolverAVerte, la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), desarrollaron este encuentro en el que las narradoras, a través de sus voces y su creatividad, mantienen viva la tradición oral, bajo la dirección del músico, escritor y narrador Marconio Vázquez, quien recordó en entrevista que esta expresión artística, con más de dos mil 500 años, fue pionera en las disciplinas teatrales. “Todo comenzó contando cuentos y todo sigue contándose a través de la voz”.
La diversidad generacional y cultural de las cuentacuentos, provenientes de Michoacán, Durango, Morelos y Ciudad de México, enriqueció el espectáculo en el que compartieron con el público relatos y cuentos como El mosquito y la muerte, de la tradición oral africana; La obra maestra de Sofía, de Eileen Spinelli; Dos palabras, de Isabel Allende, y María Marimba, de Valentina Ortiz, mediante los cuales la creatividad, el humor y la reflexión se reunieron sobre el escenario y cautivaron al público mediante la voz.
Ante el regreso a las actividades presenciales, luego de dos años de confinamiento, las cuatro narradoras se dijeron emocionadas por encontrarse nuevamente de manera física ante el público; no obstante, señalaron que, contrario a lo que se piensa, el aislamiento avivó la tradición de compartir historias por medio de la oralidad.
Al respecto, coincidieron que las plataformas digitales ayudaron a romper fronteras y, gracias a ello, la narración oral creció incluso a nivel internacional, por lo que la magia de los cuentos y el vínculo directo con el público sí sucede a través de la computadora.
Valentina Ortiz destacó también que, para muchas personas, la narración fue un refugio y una actividad que respondió a la necesidad básica del contacto humano durante este periodo, toda vez que las personas también tienen la necesidad de un arrullo, de la abuelita o de la mamá, contándole un cuento.
Las narradoras expresaron que para el género femenino resulta de vital importancia el papel de la oralidad, ya que es un espacio para compartir sus historias y reescribir una sociedad más equitativa y justa.
Ixchel Sepúlveda, quien además se especializa en crear contenidos para la infancia, comentó que compartir historias de forma presencial es un privilegio y una luz de esperanza para el público, así como para el ámbito creativo y escénico en México. “Regresar y ver los ojos de la gente, aunque sea a la distancia y no en la cercanía común, da mucha fe y alivio a las artes y a la cultura en el país”, concluyó.
La coordinadora nacional de Literatura dio la bienvenida a los asistentes y agradeció la participación de las narradoras, de quienes destacó su labor en la preservación de la literatura oral.