- En el Complejo Cultural Los Pinos participaron José Luis Martínez S, Benjamín Anaya y el autor, además acudió Silvia Lemus
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), presentaron en el Salón Venustiano Carranza del Complejo Cultural Los Pinos el libro La escritura infinita: Conversaciones con Carlos Fuentes (2020), del escritor y periodista Carlos Rubio Rosell.
El autor aseguró que La escritura infinita: Conversaciones con Carlos Fuentes cumple el destino que marcó su carrera literaria, ya que desde los 13 años de edad se acercó por primera vez a la obra del autor. “Carlos Fuentes siempre me ha acompañado como un apoyo, ha sido una especie de espejo ideal en el cual me he mirado, y conocerlo ha sido uno de los grandes privilegios que tuve en mi vida personal, creativa y profesional”.
Explicó que la obra presentada es un documento que testimonia una manera única de pensar, ser y crear, la cual México ha brindado al mundo, ya que Carlos Fuentes es admirado a nivel internacional: “Tenía una visión de la política, la cultura, la sociología, la filosofía; creo que cada vez que le preguntabas algo él era un tratadista. Me dio su amistad y creo que ésta también se fundó en que él encontró en mí a un interlocutor válido que lo había comprendido y leído profundamente”.
El periodista, editor y docente José Luis Martínez S. señaló que entrevistó en algunas ocasiones a Carlos Fuentes, “le tengo una envidia enorme de todas las veces que lo entrevistó Rubio Rosell, y que le haya prologado su primera novela (Los Ángeles-Sur, 2001). Cuando Carlos Fuentes llegaba a Madrid, llamaba a Carlos Rubio para tomarse una copa y tener el privilegio de conversar con él”.
Aseguró que tras leer La escritura infinita… se percató de la “enorme vigencia” del pensamiento de Carlos Fuentes: “Cómo se anticipa a algunas cosas, cómo nos habla de la necesidad de vivir en una nación plural, diversa; una nación que dialogue, no una nación igual como a veces se pretende hacer o impulsar el pensamiento único. Contra eso protestaba y reflexionaba”.
Por su parte, el escritor Benjamín Anaya detalló que a pesar de que Carlos Fuentes expuso En esto creo (2002), muchos de sus motivos para ejercer el disciplinado oficio de la escritura, a través de la obra presentada, Rubio Rosell también los da a conocer en una suerte de ideario creativo: “Es la aproximación sensible a un observador profundo de la naturaleza humana, de la complejidad mexicana, de la estructura simbólica del mito y la realidad, así como de la trascendencia de la cultura y el lenguaje”.
Agregó que La escritura infinita… reúne las entrevistas realizadas por el autor a Carlos Fuentes y con ellas “revela la filosofía de su creación literaria analizando con prístina agudeza los hallazgos de situaciones, tiempos, personajes y del entramado de la construcción novelística y cuentística, género al que Fuentes dedica una valoración constante en este libro”.
En tanto, la periodista Silvia Lemus subrayó que la obra de Carlos Rubio Rosell es una puerta de entrada a la vida y obra del autor de La silla del águila (2003): “Uno puede leerlo sin haber tenido el privilegio de leer una sola página de Carlos Fuentes. Es una invitación a esa fiesta de la palabra que es su obra”.
Resaltó que es importante seguir leyendo a Carlos Fuentes y recordó que el autor dejó como legado un libro póstumo, Federico en su balcón (2012), así como otras obras reconocidas, entre ellas La región más transparente (1958), Aura, La muerte de Artemio Cruz y Terra Nostra (1975), novela que se publicó recientemente en chino mandarín.
La coordinadora nacional de Literatura del INBAL, Leticia Luna Aguilar, presentó a los ponentes y expresó que, como un homenaje a Carlos Fuentes, Rubio Rosell recuperó las ideas, posturas y reflexiones del autor de Aura (1962), “mismas que reunió a lo largo de 20 años a partir de una amistad que entabló con él”.