- En la presentación virtual participaron Alejandro Badillo, Julio César Ortega y el autor
La historia sobre un hombre enclaustrado, la infinita lucha entre él y su pareja Cordelia, así como la batalla interna que puede desembocar en un paraíso o en un infierno, son temas que el escritor Juan Luis Nutte desarrolla en su novela Edén (2020).
En la presentación virtual organizada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), participaron Alejandro Badillo, Julio César Ortega y el autor, con la moderación del subdirector de Literatura y Autores de la CNL, Andrés Gómez Glockner.
En la transmisión a través del Facebook de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) (facebook.com/coordinacion.literatura.mx), el novelista Alejandro Badillo resaltó que es una obra breve, que regresa a los cánones fantásticos y alegóricos de la novela a través de una historia con pocos personajes, en la cual el protagonista se encuentra en una especie de limbo.
“A pesar de que la historia no plantea de forma directa un mundo fantástico, hay cosas que la llevan a un tono bastante macabro, oscuro, en la cual el personaje principal cuenta de manera confesional el asedio de Cordelia, su mujer. Al mismo tiempo, el narrador es poco confiable, lo que la convierte en una propuesta más moderna”.
En el marco de “Contigo en la distancia”, Badillo, autor de Por una cabeza (2017), detalló la multiplicidad de lecturas que puede suscitar una historia híbrida que se mueve entre lo real y lo onírico.
Para Julio César Ortega, ensayista y crítico de cine, Edén da continuidad a una nueva tradición de novela latinoamericana en torno a los hogares, como Casas vacías (2019) de Brenda Navarro y Siete casas vacías de Samanta Schweblin (2015); al mismo tiempo permite al lector reflexionar sobre el confinamiento que se vive actualmente.
“Creo que uno de los temas más llamativos de Edén es el regreso a casa. El personaje narra, a través de un diario muy fragmentado, cómo trata de sobrevivir dentro de lo que fue su hogar, donde tenía una vasta biblioteca y se sentía a gusto; mientras que Cordelia se convierte en algo desconocido para él, es decir, la otredad”, comentó.
Ortega abundó que en las obras del autor de Cuerpos pánicos (2018) es una constante la importancia del cuerpo y sus transformaciones, sus fluidos y desechos, así como sus funciones, lo cual tiene un asidero en Edén.
Juan Luis Nutte reconoció que Edén significó un reto; cuenta una anécdota en medio del “dulce hogar” que se transformó en algo terrible: “Un lugar de donde quiere uno salir y a la vez no. Mi intención también fue explorar cómo cambia la propia casa —ese espacio que puede ser tan íntimo— y cómo se transforma, según los estados de ánimo del narrador”.
El autor de Anécdotas sedientas (1999) e Imágenes ligeras (2006) detalló que su intención al no darle nombre al protagonista de Edén fue que el lector se identificara con el personaje al apropiarse de sus circunstancias, pesares y goces, así como de su angustia, desesperación y fastidio, entre otras situaciones.
“Es un hombre que tal vez enloquece, tiene olvidos y trata de aferrarse a lo que ve y lo describe. Cordelia pudiera ser algo de su propia imaginación, incluso las informaciones sobre la casa podrían ser desvaríos de este hombre desesperado”, concluyó el autor.
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