- A 10 años de su deceso, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el INBAL recuerdan al autor de Páramo de sueños y Palabras en reposo
- Elsa Cross y Luis Chumacero coinciden que aparte de su poesía, uno de los mayores legados del escritor fue su labor como guía y docente de jóvenes narradores
A 10 años de su partida (22 de octubre), la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), recuerdan al poeta, ensayista, editor, crítico literario y traductor Alí Chumacero (1918-2010), emblemática figura poética cuya obra ha enaltecido las letras nacionales.
En palabras de Alí Chumacero, “vocación y actitud, reunidas, son condiciones inevitables para que esa incipiente pretensión de escribir poesía se convierta en el oficio que definirá nuestra aventura por la vida. A eso aspiramos: a confundir con nuestro espíritu el asombro que inicialmente nos perseguía. Literatura y vida se relacionan de tal manera que lo que escribimos es, en buena porción, una muestra de nuestro ser personal; es decir, de la inquietud ante un mundo que no cesa de estar siempre presente, hasta el momento decisivo, a la hora de la verdad, cuando la canción alcanza la otra orilla y la conciencia cede al último parpadeo”.
En entrevista con la CNL, el narrador e hijo del autor de Amor entre ruinas (1999), Luis Chumacero asegura que el mayor legado de su padre, aparte de su poesía, fue su labor de orientar a los jóvenes autores que llegaban al Centro Mexicano de Escritores (CME). "Su dedicación como guía y docente quedó en muchos autores que ya forman parte de nuestra literatura.
Mención especial merece su labor como crítico literario, en la cual valoró muchas obras en publicaciones como Tierra Nueva, Letras de México, El Hijo Pródigo, México en la Cultura, entre muchas otras.
"Sus tres libros de poesía tienen un lugar especial en la tradición literaria de México. Además, su labor de editor en el Fondo de Cultura Económica (FCE) crece continuamente porque era el responsable de la colección Letras Mexicanas", comenta Luis Chumacero sobre la importancia de su padre en las letras nacionales.
Por su parte, la poeta Elsa Cross considera que Alí Chumacero fue para nuestra literatura, y para muchas generaciones de escritores, una presencia tutelar. "Una presencia voluntariamente discreta, a veces muy callada, pero constante y generosa, como un cimiento invisible o una piedra angular. Su poesía es también así. Es una poesía enigmática, de gran densidad conceptual, que en ocasiones oculta mucho más de lo que muestra y obliga al lector a leerla entre líneas o a reinventarla".
Sus consideraciones sobre poesía, romanticismo y modernismo, así como sus estudios sobre Xavier Villaurrutia y Ramón López Velarde pueden leerse como una exposición de sus propias convicciones literarias y, por ello, ofrecen múltiples claves para la interpretación de su producción lírica.
Alí Chumacero nació en Acaponeta, Nayarit, el 9 de julio de 1918. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue director fundador de la serie SEP-Setentas, subgerente del Departamento Técnico y gerente de Producción del Fondo de Cultura Económica, cofundador de la revista literaria Tierra Nueva, director de Letras de México y asesor técnico del Consejo Mexicano de Escritores.
Alí Chumacero cosechó 18 galardones y reconocimientos, entre ellos el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 1980, el Premio Internacional Alfonso Reyes 1986, la Medalla de Oro Bellas Artes 2003, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 1999, el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe 2003 y el Premio de Poesía del Mundo Latino Víctor Sandoval. En 2008 recibió un homenaje con motivo de su 90 aniversario en el Palacio de Bellas Artes.
Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (desde 1964), del Pen Club Internacional, del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) como creador emérito y del Seminario de Cultura Mexicana. En 1997, la Fundación Alica de Nayarit renombró su Premio Nacional de Poesía en honor de Alí Chumacero. Fue becario de El Colegio de México en 1952 y del Centro Mexicano de Escritores entre 1952 y 1953.
Su obra publicada fue Páramo de sueños (1944), Imágenes desterradas (1948), Palabras en reposo (1956), Poesía completa (1980), Responso del peregrino. Breve antología (1980), Antología personal (1984), Alí Chumacero de bolsillo (1990), Poesía reunida (1991), Manantial de sombra (1998), Poeta de amorosa raíz (1999), Amor entre ruinas (1999), Antología personal (2003), Poesía romántica mexicana (1941), Los momentos críticos (1987), Amado Nervo (1999) y El sentido de la poesía y otros ensayos (1999).
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