• Presentaron Borges, una biografía, de Horacio Salas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
  • Participaron los escritores Bruno Estañol y Juan Domingo Argüelles, con la moderación de Esteban Ascencio 

La Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) realizó la noche de este martes la presentación del libro Borges, una biografía del escritor argentino Horacio Salas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes con la participación de los escritores Bruno Estañol y Juan Domingo Argüelles, moderados por Esteban Ascensio en un acto en el que disertaron sobre el mar de biografías del autor y de su lado humano, íntimo y personal, faceta poco explorada del poeta. 

Borges, una biografía fue editado originalmente en 1994 por el sello Planeta y es un libro escrito como la ampliación de un texto que le encargargaron desde Francia al poeta y ensayista argentino Horacio Salas (Buenos Aires, 1938). En el mar de biografías sobre Borges, a esta obra se le considera una de las versiones más respetuosas que se hayan escrito sobre la vida del autor de Ficciones.

Salas, miembro de la generación del 60, reconocía la ambivalencia a la que la figura de Borges sometía entonces a los jóvenes: por un lado, crítica irritada de sus posiciones políticas; por otro, reconocimiento y admiración a su talento literario. Lejos de disimular esa premisa, el libro la destaca, y hasta le da una vuelta de tuerca evocando la conocida, insistente declaración borgeana de que “las ideas políticas de los escritores no tienen importancia”. 

Borges, una biografía da cuenta de algunos episodios de la vida personal de Borges, pero se apoya más bien en su discurso público, caracterizado a la vez por persistencias y contradicciones. Y a la hora de las anécdotas, la biografía se remite a la propia voz de Borges; todo lo demás, admitía Salas, lo considera dudoso o directamente apócrifo.

“No hay escritor argentino que no te cuente una anécdota con Borges”, declaró hace diez años el autor, que tiempo después ocuparía el sillón directivo de la Biblioteca Nacional alguna vez ocupado por su biografiado. Y reconocía: "¡Era un tipo de lo más normal, no el ser abstracto que a veces se describe!".

En esta biografía, Horacio Salas no hace crítica literaria, sino que procura más bien ubicar a Borges en el contexto de casi nueve décadas de vida argentina, en las que se sucedieron acontecimientos a los que el escritor no se mantuvo ajeno ideológicamente, coincidieron los comentaristas en la Sala Manuel M. Ponce.

En su momento, el escritor y neurólogo tabasqueño Bruno Estañol dijo que para él fue una felicidad y un privilegio leer este libro, así como escribir la cuarta de forros; sin embargo, reconoció que es un difícil privilegio hablar de Borges, “porque de Borges se ha escrito mucho, cuando el propio Borges escribió mucho de sí mismo; quizá ahora se ha escrito más de él, que lo que él mismo escribió. Por eso es difícil hablar de Borges y decir algo que no se haya dicho ya”.

Reconoció que la biografía escrita por Horacio Salas tiene mucha información de primera mano por lo que sigue siendo difícil escribir de un autor al que se le ha considerado el más importante escritor en lengua española en el siglo XX y más. “Un gran escritor, conferencista y conversador que abrió camino a otros escritores como Julio Cortázar”.

Como neurólogo, Estañol prefirió hablar de Borges desde el punto de vista del ser humano, de la persona -faceta poco explorada- porque la mayoría de las veces predomina “el Borges del mito, de la leyenda”. 

La vida de cada ser humano –dijo Estañol-- es diferente, porque cada uno tienen un antecedente genético, además, el ambiente en que se vive, las experiencias, marcan a uno. En ese sentido, aseguró, Borges fue una persona privilegiada desde su nacimiento: un niño deseado, cuidado y sobreprotegido; viajó y aprendió idiomas, pero también fue un niño superdotado para el lenguaje. Aprendió a leer desde pequeño gracias a la biblioteca de su padre, y tuvo contacto con muchos personajes famosos por su inteligencia y erudición; con sus familiares tuvo conocimiento de muchas doctrinas filosóficas, lo cual se refleja en sus libros.

Con todo eso, y su memoria privilegiada, era difícil que no tuviera una vida tan compleja y rica como la que tuvo y que llevó a su obra literaria. Pero sobre todo, añadió estañol, Borges fue un valiente, por lo que lo recordó con aquel fragmento de la Milonga de Jacinto Chiclana: “Entre las cosas hay una / de la que no se arrepiente / nadie en la tierra. Esa cosa / es haber sido valiente.

Por su parte, el escritor, poeta y ensayista Juan Domingo Argüelles, expuso que la biografía de Horacio Salas, desde su primera edición en 1994, viene a ser como una gota de agua en el inmenso oceáno de lo que se ha escrito de Borges. Muchos han escrito de él porque fue un genio, como genios fueron Cortázar, Lugones, Sábato; “para genios, Borges y otros pocos”. 

Destacó que para el autor La biblioteca de Babel lo más importante siempre fue la literatura, esa que sólo puede hacer un buen escritor. “De eso habla Horacio Salas en su biografía: del Borges y su obra, pero también de su vida, del ser humano, de su amor por Estela Canto y de su matrimonio arreglado por su madre; de Borges y sus amistades, de su temores y de sus contradicciones”.

Finalmente, dijo que cada biografía acerca de Jorge Luis Borges “es un vision muy personal de cada autor sobre Borges, cada uno tiene su propio Borges, y lo que Horacio Salas plantea es un Borges humano, un Borges con dudas y contradicciones. Por ello, leyó el poema de Borges El remordimiento.

“He cometido el peor de los pecados / que un hombre puede cometer. No he sido / feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. / Mis padres me engendraron para el juego / arriesgado y hermoso de la vida, / para la tierra, el agua, el aire, el fuego. / Los defraudé. No fui feliz. Cumplida / no fue su joven voluntad. / Mi mente se aplicó a las simétricas porfías / del arte, que entreteje naderías. / Me legaron valor. No fui valiente. / No me abandona. Siempre está a mi lado / la sombra de haber sido un desdichado”.