- La escritora dice conocer “mejor el alma (femenina)” y por ello las mujeres son su mayor inspiración
- Ethel Krauze, Hernán Lara Zavala, Agustín Monsreal y Mauricio Carrera celebran el aporte a las letras de la autora de ¿Dónde estás corazón?
En un acto organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura, Beatriz Espejo (Veracruz, 1939) estuvo acompañada de familiares, amigos, colaboradores y lectores que se dieron cita para rememorar la trayectoria de “la gran maestra del cuento” o de “la escritora de alta costura”, a decir del ensayista y editor Hernán Lara Zavala, quien junto a Ethel Krauze, Mauricio Carrera y Agustín Monsreal se encargaron de celebrar la obra de Espejo.
El homenaje, realizado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el domingo 6 de octubre, fue un acto festivo que la hizo reír y recordar su vida literaria. Igualmente, se hizo hincapié en su importancia como pionera en el movimiento de las grandes escritoras.
La poeta, ensayista y narradora Ethel Krauze recordó la apuesta que la festejada hizo con otras colaboradoras en la década de los sesenta, cuando “juntas se lanzaron a construir un reino propio y, en 1961, la joven Beatriz publica El Rehilete, revista trimestral editada durante su primer año solo por mujeres bajo la dirección de Espejo”.
Por su parte, el narrador, ensayista y editor Hernán Lara Zavala citó algunos cuentos del libro Alta costura (1997), que comentó son muestra del humor e ironía que caracterizan la escritura de Espejo. “Con toda su obra, Beatriz ya puede unirse a la pléyade de Pita Amor y de Amparo Dávila, de Guadalupe Reyes, de Inés Arredondo, de Elena Garro, de Rosario Castellanos y también de Elena Poniatowska. Ya está con la pléyade de grandes escritoras”, señaló.
Para el poeta y narrador Agustín Monsreal, la escritora es una “bordadora de épocas y rosas” que al mismo tiempo puede defender los temas locales que universales y tiene predilección por construir atmósferas. “Espejo conoce y domina su elocuente imaginación, ilumina con espontaneidad los claroscuros del alma humana para generar el riguroso tapiz de una obra cuentista que se inscribe con cabal y sobrada fortuna en la mejor historia de la literatura contemporánea mexicana”, leyó Monsreal en su intervención.
Para concluir, la narradora dio lectura a dos textos: Huberto Batis y yo, en el que recordó sus pasos por el periodismo y comentó que era uno de sus relatos “más malos”, lo cual generó risas entre los asistentes. Después Los delfines blancos, dedicado a su esposo, el crítico literario Emmanuel Carballo (Guadalajara, 1929-Ciudad de México, 2014).
Asimismo, Leticia Luna, coordinadora nacional de Literatura-INBAL, al inicio del acto y luego de reconocer el trabajo de la homenajeada, anunció que durante octubre, en los eventos que organice la instancia a su cargo, se leerá un poema o texto de Miguel León-Portilla (1926-2019), quien falleció el 1 de octubre pasado. Por ello, la poeta Marlene Villatoro, antes de comenzar el homenaje a Beatriz Espejo, leyó el poema Cuando muere una lengua, primero en náhuatl y después en español.
Por ello, Ethel Krauze, Hernán Lara Zavala, Agustín Monsreal y Mauricio Carrera reconocieron su aporte a las letras mexicanas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el domingo 6 de octubre, donde se le rindió un homenaje a su trayectoria y la escritora escuchó las anécdotas que la hicieron recordar, reír y ser el personaje principal.