- El writerockstar de la literatura mexicana celebra este 19 de agosto 75 años de vida en Cuautla, Morelos
De acuerdo con el escritor Fabrizio Mejía Madrid, el autor de La tumba y De perfil se convertiría a los 21 años de edad “en el Sallinger en castellano. Sería, también, el Burroughs y el Mailer por su compromiso íntimo con la rebeldía. En 1966, él, que había querido ser pintor, cineasta o actor, se convertía en el novelista de la indocilidad”.
Perteneciente a la literatura de La onda, bautizada así por la ensayista Margo Glantz, José Agustín nació el 19 de agosto de 1944 en Acapulco y actualmente vive en Cuautla, Morelos.
Esa tendencia literaria juvenil estuvo muy de moda en los años sesenta y se destacó, entre otras cosas, por mezclar en sus textos el rock y las drogas. Según, el ensayista Carlos Monsiváis, los escritores de esta escuela, como Parménides García Saldaña y Gustavo Sáinz, por mencionar algunos, debían su influencia a Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Hunter S. Thompson.
El autor de Se está haciendo tarde, El rock de la cárcel, Ciudades desiertas, Cerca del fuego, La contracultura en México y Dos horas de sol estudió letras clásicas en la UNAM, dirección en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y composición dramática en el INBAL.
En sus inicios, José Agustín participó en un taller literario impartido por Juan José Arreola, pero ya desde los 11 años escribía sobre todo lo que pasaba por su mente. Después abordó varios géneros, como la narrativa, el guión de cine, traducción, periodismo, ensayo, poesía y dramaturgia.
Dirigió el largometraje Ya sé quién eres/Te he estado observando y actuó en la película De veras me atrapaste, dirigida por Gerardo Pardo. El autor de la novela Cien años de soledad, Gabriel García Márquez, es padrino de su hijo Andrés.
El traductor de James Purdy, Ronald G. Walker, Ernest Hemingway y Carlos Castaneda obtuvo los premios Latinoamericano de Narrativa Colima 1983, Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón 1993, Dos Océanos, Mazatlán de Literatura 2005 y Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura 2011, además de que el INBAL lo condecoró con la Medalla Bellas Artes en 2011.
Mejía Madrid no duda en asegurar que “la contracultura mexicana empieza con José Agustín: el Acapulco hippie, el lenguaje del inconsciente macizo, la fama precoz de una nueva generación, el rock mexicano entre la miseria y la censura, las drogas de autoconocimiento de María Sabina y Carlos Castaneda, el movimiento estudiantil de 1968, la locura escenificada de Alejandro Jodorowsky, el auge y declive a macanazos y la cárcel de Lecumberri”.
Señaló que es, también, un escritor, un combatiente, un ferviente rocanrolero, un audaz cronista y el novelista de un habla única; y recordó su intento fallido por llevar al cine, junto a García Márquez, la novela Bajo el volcán, de Malcolm Lowry. Esta cinta la iba a dirigir Paul Leduc.
Para Mejía Madrid, José Agustín no representa un tiempo sino una forma de entender y transcribir la cultura.
Según el propio “José (San) Agustín”, como le dicen en círculos subterráneos, terminó de escribir su obra Se está haciendo tarde en la cárcel “en las bolsas de papel de las tortas” que le daban en este sitio. De ahí su afinidad con Jack Kerouac y su novela En el camino.
El crítico literario Javier Treviño apunta que José Agustín (ferviente lector del I Ching, Jung, Ken Kesey, Philip K. Dick y otros temas y autores similares) inventa en sus libros ambientes que no son tan realistas como parecen, sino que en todo momento hay algo que quiere revelarse como distinto, como una realidad alterna.
Dice que él es el enfant terrible y el writerockstar de la literatura mexicana.
A modo de broma, el narrador Juan Villoro señaló: “Si a José Agustín le pagaran las regalías de libros que hemos leído gracias a él, en estos momentos estaría nadando en la alberca de Elvis Presley”.