- Se presentó el primer número de la publicación integrada por integrantes del taller que se imparte en la Capilla Alfonsina
La revista La experiencia literaria reúne el trabajo de 16 hombres y mujeres, desde jóvenes de 20 años hasta personas de la tercera edad que se involucraron con la escritura para compartirla, analizarla y corregirla de manera colectiva y aprender juntos en el gusto de exponer sus ideas e inquietudes en la poesía y la prosa. Los textos profundizan en la obra de Alfonso Reyes y fueron elaborados en un taller impartido en la Capilla Alfonsina, lugar donde, la noche de ayer, fue presentada la publicación.
“Durante muchos años, en su casa, la Capilla Alfonsina, don Alfonso Reyes recibió a los más destacados escritores mexicanos y extranjeros, quienes lo visitaban y le pedían opinión. En la actualidad, su nieta Alicia Reyes convirtió este recinto en un activo centro cultural, lugar en el que un grupo de ciudadanos que tenemos la inquietud de intentar la escritura, sin mayor ambición que la de hacer un homenaje a la generosa vocación del ‘regiomontano universal’, nos sentimos arropados”, comentó el poeta Gabriel Sirnes Mancera, integrante del taller.
Beatriz Saavedra, coordinadora del taller, explicó que “el proyecto comenzó hace unos meses y es el reflejo de un intenso trabajo. La nieta del regiomontano y exdirectora de la Capilla Alfonsina, Alicia Reyes, con quien inició el proyecto hace unos años, debe estar orgullosa de esta revista, al igual que don Alfonso Reyes, pues nace en el seno de su casa y su nombre hace alusión a una de sus obras: El deslinde. Prolegómenos a la teoría literaria o La experiencia literaria, que también es uno de los temas que se abordan en el taller”.
La presentación de la publicación —una especie de libro de 123 páginas— consistió principalmente en la lectura de obras de los autores: ocho en el género de poesía y ocho en el género narrativo, escritos por Hilda Aguilar, César Rodríguez Díez, Gabriel Sirnes Mancera, Noemí Godoy, Natalia Ramos, Rosa Guadalupe García y Pablo Ortiz Pontón, entre otros.
Entre lectura y lectura, los autores externaron su beneplácito: “Es la revista deseada, producto de un trabajo en equipo”, dijo Rosa García; “mantiene vivo el espíritu de Alfonso Reyes”, expresó Gabriel Sirnez; “Gracias por albergar nuestras inquietudes”, externó Natalia Ramos.
En su momento, la señora Hilda Aguilar, de 72 años, leyó su poema Haiku: Ciudad de México / visten las jacarandas tu primavera / Sin ver el piso / sobre alfombra de flores corre la gente / Tibios de sol / entre las ramas lilas brincan gorriones / Después del llanto / tu sonrisa de niño cerezo en flor.
Beatriz Saavedra consideró que la voz que habla en esta revista es, de alguna manera, un universo léxico de muchas voces diferentes y que esas diferencias —de edades, estilos, intereses— entre los participantes “son fundamentales, pues no extinguen la palabra, cuya indagación trasciende hacia lo universal, hacia la confrontación del ser humano con el misterio”.
Por el contrario, dijo, esas diferencias han sido el impulso para hablar de grandes temas, como el amor, el tiempo, la soledad o la muerte, tópicos que siempre dan de qué hablar y que alimentan, dentro de esta revista, el enigma de la existencia humana.
Recordó que Octavio Paz decía: “La poesía es la casa de la presencia” y consideró que dentro de la Capilla Alfonsina se ha encontrado el orden y la unidad de la expresión individual y colectiva, pues como decía Alfonso Reyes, “todo lo sabemos entre todos”.