- El martes 15 de agosto a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
- Ave Barrera, Alejandro Palma, Iván Cruz Osorio y Jocelyn Martínez Elizalde acompañarán al autor
- Estamos ante un libro muy relevante de la poesía mexicana del siglo XX: Iván Cruz Osorio
En su poema de largo aliento Híkuri, José Vicente Anaya emprende un viaje de re-conocimiento interno que se evoca con el consumo de peyote en un rito ancestral de danza y canto rarámuri. A 30 años de su publicación, el poeta chihuahuense presentará una nueva edición el martes 15 de agosto a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Acompañarán al poeta Ave Barrera, Alejandro Palma, Iván Cruz Osorio y Jocelyn Martínez Elizalde, quien será moderadora.
José Vicente Anaya (Villa Colorado, Chihuahua, 1947) escribió Híkuri a finales de la década de los setenta, pero lo publicó en 1987 en una primera edición realizada por la Universidad Autónoma de Puebla (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla). La edición a presentarse forma parte del catálogo del Archivo Negro de la Poesía Mexicana de Malpaís Ediciones.
Con formas expresivas de la poesía vanguardista y la reinterpretación del rito rarámuri o tarahumara del consumo del peyote, Híkuri constituye una renovación en la voz lírica de Anaya y en el panorama de la tradición poética mexicana. En entrevista, Iván Cruz Osorio señaló que este poema forma parte de un subgénero llamado “etnopoesía”, porque describe las voces originarias de América, que resurgen en la poesía actual.
“Quizá Híkuri sea de los primeros poemas que aparecen de manera bilingüe, no como un adorno, sino como una columna vertebral orgánica y necesaria para dar vida a la palabra de su autor, en este caso de José Vicente Anaya. En este sentido, estamos ante un poema que rescata para los lectores ciertas tradiciones y comportamientos de la cultura rarámuri y nos entrega esta visión doble: la del viaje como caminante por ciertas regiones de México y la del viaje místico a través del peyote”, señaló.
José Vicente Anaya explica en este poema que los tarahumaras se refieren a sí mismos como rarámuris (pies-corredores) y en su lengua jíkuri es nombre del peyote, el cual para ellos es una planta sagrada que está dotada de alma, por eso en sus celebraciones se comunica, canta y danza con ellos. El ritual del peyote es para el poeta un re-conocimiento entre los miembros de la comunidad y el Híkuri.
El editor de Malpaís comentó que este poema surgió a finales de los años setenta, durante un viaje que realizó Anaya por parte de México y Estados Unidos, en el que conoció a poetas de la generación beat, como Allen Ginsberg, de quien es uno de los principales traductores de su obra en México. José Vicente Anaya también formó parte del movimiento de poetas infrarrelistas, al igual que Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro.
“Me atrevería a decir que Híkuri podría ser el libro que mejor represente las búsquedas infrarrealistas si nos basamos en los tres manifiestos de esta corriente que se conocen de esta época, los cuales coinciden en dejarlo todo nuevamente en el camino y salir a las calles. Anaya lo dice: tenemos que salir a la vida, y Bolaño y Papasquiaro también: no quedarse como poetas de escritorio, sino salir a las calles, a distintos lugares a explorar, experimentar y escribir en el camino. Bajo esta lectura de los tres infrarrealistas leemos Híkuri y está totalmente representada esa búsqueda”, agregó.
Cruz Osorio resaltó que el martes 15 de agosto se celebrarán los 30 años de Híkuri. “Tanto el poema como su autor tienen una popularidad demoledora entre el lector de poesía joven que está ansioso de vivir, experimentar. Se trata de un libro que no es de fácil lectura, de pronto se ubica en un escenario novedoso donde no hay de donde asirse. Estás en un viaje místico, de allí trasciendes a los caminos que se conjuntan, que se van encadenando. Estamos ante un libro muy relevante de la poesía mexicana del siglo XX”.