- En la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, conversará con Jorge Aguilera López, Iván Cruz Osorio y Daniel Téllez
- El miércoles9 de agosto a las 19:00; entrada libre
El Instituto Nacional de Bellas Artes invita a la celebración Entre la iguana y el colibrí, que conmemora los 75 años del poeta, narrador y ensayista Roberto López Moreno. El evento organizado por la Coordinación Nacional de Literatura que se llevará a cabo el miércoles 9 de agosto a las 19:00, reunirá en la Sala Adamo Boari del recinto de mármol a Jorge Aguilera López, Iván Cruz Osorio y Daniel Téllez para charlar sobre la obra del autor chiapaneco. La entrada será gratuita.
Roberto López Moreno es considerado uno de los poetas vivos más importantes de Chiapas, porque ha experimentado tanto en prosa como verso para crear nuevas formas discursivas de la poesía. En palabras del autor, en su poesía todas las formas se multiplican, se trasponen, se recrean, están en constante movimiento para reflejar el mundo y crear nuevos signos, algunos son recibidos y apropiados por el lector, otros permanecen indescifrables, al latir de una verdad en el tiempo y en el espacio.
“Nosotros vivimos ahora en un mundo muy nuestro, muy moderno y que requiere una renovación del discurso poético. Esa renovación yo la he logrado al crear una forma de formas; es decir, tomo en consideración todos los elementos que la humanidad ha tenido de comunicación: sus signos, sus ideas, sus letras, sus sonidos, su música, para incluirlo todo en un mismo tiraje de poemas de largo aliento. Es difícil en un momento dado conservar la unidad del poema. El único reto que yo le veo es que el poeta logre utilizar todos esos elementos sin que se rompa la unidad del poema”, explicó López Moreno en entrevista.
Roberto López Moreno desarrolló con el poemuralismo nuevas rutas de la visión latinoamericana y contemporánea de la poesía. A decir de Daniel Téllez, dos ejes trazan el virtuosismo del poeta chiapaneco y ante su obra, la tierra habla, canta, vuela. “Su obra literaria lejos de una postura contemplativa del mundo y de la naturaleza, construye y deconstruye, nos llena de geografía, cosmos, energía y matemáticas”.
“Los poemurales nacen del ángulo que forman en línea horizontal la iguana —conocedora de cada centímetro del planeta— y la línea vertical que es la imaginación, y la imaginación que se desprende de la sabiduría. En ese ángulo nace la cultura, por lo menos la mexicana o americana. Todo esto es un solo motor, una sola fuerza que se cohesiona y se alimenta y se retroalimenta a sí misma. Yo estoy en el centro, en medio del eje, a veces me lastima, a veces me causa placer, estoy en medio del eje y todo lo que está alrededor está en movimiento”, indicó López Moreno.
Por su parte, Daniel Téllez dijo: “El colibrí recorre la obra lúdica del poeta, mientras que la iguana es la morada terrestre, sitio del saber que ilumina a la luz misma. Los dos símbolos son metáfora del aire y tierra, imaginación aérea y conocimiento terrenal, posicionamiento crítico de López Moreno frente al mundo, frente al acto de la escritura literaria donde se purifica el lenguaje porque el poeta, lo sabe él, es el primero en ver el espacio y es el primer aventurero que se avienta de cabeza al cosmos”.
Roberto López Moreno también es maestro de periodismo y ha representado a México en diversos encuentros internacionales de poesía, tanto en el país como en el extranjero. Con los poetas Estuardo Hernández y Alejandro Zenteno, lanzó públicamente el Movimiento Poético Laconista, que trata de convertir las bardas de la ciudad en las páginas de un enorme libro. Entre sus títulos publicados se encuentran: Versalía, Ábrara,
“Hay que leer a Roberto López Moreno. Un poeta nacido en Ábrara y de Chiapas y de América. Su escritura imanta en las raíces de los abuelos prehispánicos, las primeras voces, los últimos vuelos, el bolero místico y sagrado, los oscuros vientres de las congas y la sangre que alimenta y multiplica los juegos retóricos, los asideros vanguardistas que hormiguean dentro de la música, los alburemas y palíndromos, el feeling de las repeticiones y aliteraciones”, concluyó Téllez.