• Brenda Lozano y Julieta Venegas conversarán sobre la obra de la escritora italiana Elena Ferrante 

 

  • Martes 14 de marzo a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes

El ciclo Mujeres de letras, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del Instituto Nacional de Bellas Artes, ha sido un espacio en el que diferentes escritoras comparten su experiencia literaria. En la próxima sesión, la novelista Brenda Lozano conversará con la cantante Julieta Venegas sobre una autora que ha logrado mantener su obra por encima de la fama y el enigma que durante años ha generado su anonimato. Nadie sabe quién es Elena Ferrante, pero su obra habla por ella. Esta charla tendrá lugar el martes 14 de marzo a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

¿Quién es Elena Ferrante? Es un seudónimo, es la obra de una autora italiana que se resguarda en el anonimato para no desaparecer. Su existencia permanece en las novelas El amor molesto (L'amore molesto, 1992), Los días del abandono (I giorni dell'abbandono, 2002), La hija oscura (La figlia oscura, 2006), La amiga estupenda (L’amica geniale, 2011), Un mal nombre (Storia del nuovo cognome, 2012), Las deudas del cuerpo (Storia di chi fugge e di chi resta, 2013) y La niña perdida (Storia della bambina perduta, 2014).

“Elena Ferrante no es más que la autora de una serie de libros. En lo personal me parece un fenómeno muy interesante, la saga que escribió de dos amigas tuvo muchas ventas a nivel internacional. Está tan endiosada la fama, tiene un poder tan fuerte en esta sociedad, que yo creo que el hecho de que alguien renuncie a ella y, a pesar de la posibilidad del culto a su personalidad, sobresalga por lo que hace. El culto a la persona quedó de lado y lo que realmente sobresalió fue la obra. Elena Ferrante es un recordatorio de que eso sigue siendo esencial y suficientemente potente como para tener una presencia por sí sola”, comentó Brenda Lozano a la CNL.

Las cuatro novelas que Ferrante publicó entre 2011 y 2014 componen la saga que escribió sobre las dos amigas, Lila Cerullo y Elena Greco (Lenú). Al respecto, Brenda Lozano expuso: “Todo el trayecto de vida está escrito en primera persona desde el punto de vista de Lenú y se hace un juego interesante, porque hay un proceso de desbordamiento; es decir, hay una escritora que se llama Elena, que escribe sobre un personaje en primera persona que se llama Elena. Entre la realidad y la ficción hay muchos pasos en los que se puede confundir quién es quién, porque estamos hablando de un personaje que se llama igual que un seudónimo.

“Este despliegue de nombres, de personas y de personajes, que son al final como una especie de matrioska —la muñeca dentro de la muñeca—, creo que es muy fácil pensar de que se trata de la vida de esta persona. En ese sentido, la obra juega como una especie de biografía, pero son un montón de preguntas las que surgen o de falsos pisos, porque cuando crees que estás pisando un piso sólido, resulta que es falso y, luego estás pisando otro, resulta que es más falso que el anterior”, explicó.

Para Lozano, la obra de Ferrante es un espejo dentro de la obra misma, que a su vez es el reflejo de un autor anónimo que utiliza el seudónimo Elena Ferrante como una habitación propia, un espacio creativo, que le permite seguir explorando posibilidades de escritura. “La ausencia estructural del autor tiene un efecto sobre la escritura que quisiera seguir explorando”, dijo Ferrante en alguna entrevista que concedió vía correo electrónico al New York Times.

“Hoy en día una habitación propia más que ser un espacio de cuatro paredes y digamos una vida económica resuelta para encerrarse a hacer lo que a uno le gusta, escribir, ser artista, más allá de eso quizá el cuarto propio actual sea un seudónimo, porque te encierras y estás con lo necesario que es nada más producir la obra. Me parece una forma muy bonita de actualizar el cuarto propio.  La obra y su postura como escritora ante su seudónimo me parece ya bastante. Estás hablando de una obra bastante buena y además de una postura que dice mucho en estos días”, señaló Lozano.

Elena Ferrante también publicó el libro infantil La muñeca olvidada (La spiaggia di notte, 2007), el libro de ensayo La frantumaglia (2003) y Crónicas del desamor (Cronache del mal d'amore, 2012), el cual reúne sus tres primeras novelas. Ante el enigma y las especulaciones, en 2016 la traductora napolitana Anita Raja alzó la voz y afirmó ser Elena Ferrante a través de una cuenta de Twitter que ya no existe.

Brenda Lozano manifestó su interés por conversar sobre la autora italiana con el público del ciclo Mujeres de letras y concluyó: “Elena Ferrante antes que nada es una autora. Lo primero que está viviendo es su obra, lo segundo que está diciendo es que excluye el culto a la celebridad. Importa la obra y no el escritor y eso ya es muchísimo decir, con un simple gesto como no dar entrevistas con su nombre y apellido, ella misma poner sus condiciones, no hay ninguna fotografía de ella, en fin, una serie de decisiones que tomó para ser coherente con esa decisión”.