• En el marco del seminario organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, especialistas abordaron la relación entre ambos intelectuales

Como parte de las actividades del Seminario Alfonso Reyes: Del archivo a la tertulia, se llevó a cabo un conversatorio para recordar a dos figuras torales de las letras: Alfonso Reyes y Carlos Fuentes. Esta actividad contó con la participación de Alberto Enríquez Perea, Jovany Hurtado García, Alicia Reyes Mota y Silvia Lemus, quien fuera esposa de Fuentes.

Organizada por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y la Cátedra Alfonso Reyes, la sesión tuvo lugar en la Capilla Alfonsina, casa que perteneció al escritor mexicano y que se ha convertido en museo y centro de estudios, y donde los especialistas abordaron la relación de amistad entre ambos intelectuales.

En su intervención, Jovany Hurtado García refirió que la influencia del escritor regiomontano sobre Fuentes es grande, ya que encauzó los derroteros de su formación universitaria y fue quien nutrió parte de su acervo literario, siendo una guía viva sobre los títulos y autores fundamentales de la literatura universal.

“Reyes se convirtió en el gran maestro de Fuentes, porque no solo lo acercó a los clásicos sino también le generó la curiosidad para con los jóvenes. Aquí en esta Capilla Alfonsina bajo la guía de Reyes se formaron también otros grandes pensadores del siglo XX, como Octavio Paz, Ramón Xirau o Jaime García Terrés”.

Este paternazgo intelectual resultó también en una profunda relación de amistad, ya que además del gusto por las letras compartían tardes de cine y café, charlas interminables que fueron referidas por el autor de La región más transparente.

“Entre los dos escritores hay mucha similitud --indicó Hurtado García--, una de ellas fue la disciplina para escribir. Reyes decía: quitarle la crema al día. Fuentes lo aplicó y le fue útil, al grado que nos dejó una obra de más de cincuenta tomos, sin contar su obra periodística, diplomática y su correspondencia.

“Alfonso Reyes no solo les enseñó el gusto por las letras, sino también por la diplomacia, cabe mencionar que cuando Carlos Fuentes fue nombrado embajador de Francia en 1975, dijo que era un homenaje para su padre y para Reyes, de quienes habría aprendido el oficio”.

Finalmente señaló que la amistad entre Reyes y Fuentes “es piedra angular de nuestra vida cultural en México. Reyes fue el gran maestro de Fuentes y a su vez, él se convirtió en el gran difusor de su obra, como consta con la Cátedra Alfonso Reyes fundada en 1999 y la Colección Capilla Alfonsina, donde se hizo un titánico trabajo para conjuntar en once volúmenes los textos más representativos del autor”.

Por su parte, Silvia Lemus leyó un discurso dictado por Fuentes en 2004, donde refería la gran influencia que tuvo del regiomontano, de quien aprendió el quehacer de la escritura. “Este acto de disciplina fue muy importante para saber que el escritor no vive de la inspiración, se hace a base de trabajo constante, de trabajo diario, la coherencia, decía Reyes, solo se obtiene a punta de pluma”.

La profunda admiración que Fuentes profesaba a su mentor se hizo presente en cada línea, donde describía su cercanía y admiración: “Yo no he conocido a un mexicano que tenga una cultura tan vasta, tan universal, tan comprensiva como la de Alfonso Reyes”.

Y agregó:  “Alfonso es la figura ejemplar de algo que ha tipificado a muchos intelectuales latinoamericanos, el arraigo en movimiento, ser a la vez profundamente nacional y profundamente universal y es por esto que yo creo que esta cátedra conservará ese legado y le dará sentido”.

Fuentes refería entonces la validez y actualidad del pensamiento de Reyes, la necesidad de difundir su obra entre las jóvenes generaciones y de entablar un dialogo constante. Durante la sesión los participantes también insistieron en la urgencia de seguir difundiendo sus textos, más vigentes que nunca, ante los retos y dificultades sociales que vivimos, para como él decía llegar a ser “generosamente universales y provechosamente nacionales”.