- Martes 22 de noviembre a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia
- Participarán Liliana Pedroza y María Fernanda Ampuero
- “Nos parece importante saber cómo Ocampo y Garro cambiaron, cada una a su manera, la forma de leer a los contemporáneos”: Liliana Pedroza
A dos personalidades fundamentales de la literatura del siglo XX como Victoria Ocampo y Elena Garro las une, además de un talento nato, su labor como divulgadoras de las letras hispanoamericanas. Las especialistas María Fernanda Ampuero y Liliana Pedroza hablarán sobre este tema en la actividad Elena Garro y Victoria Ocampo: el discreto oficio del agente literario, el próximo martes 22 de noviembre a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
- Martes 22 de noviembre a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia
- Participarán Liliana Pedroza y María Fernanda Ampuero
- “Nos parece importante saber cómo Ocampo y Garro cambiaron, cada una a su manera, la forma de leer a los contemporáneos”: Liliana Pedroza
A dos personalidades fundamentales de la literatura del siglo XX como Victoria Ocampo y Elena Garro las une, además de un talento nato, su labor como divulgadoras de las letras hispanoamericanas. Las especialistas María Fernanda Ampuero y Liliana Pedroza hablarán sobre este tema en la actividad Elena Garro y Victoria Ocampo: el discreto oficio del agente literario, el próximo martes 22 de noviembre a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
A lo largo de su vida, Elena Garro fue intermediaria de la obra de varios escritores para que fueran conocidos en otros ámbitos y latitudes. En los años 50, junto con Octavio Paz, fue anfitriona de recepciones donde se reunían intelectuales de varias naciones. Además se le reconoce por su intervención para la traducción al francés de obras hispanoamericanas.
Por otra parte, Victoria Ocampo, fundadora de la revista Sur, promovió en Argentina a muchos escritores, lo cual permitió su desarrollo. “Por esa época la revista Sur gozaba de gran prestigio. Victoria Ocampo había creado un referente literario al promover las obras de grandes escritores nacionales y extranjeros. Esta intelectual no solo fungió como editora, sino como mecenas, lo que permitió el desarrollo de varios artistas”, explicó Liliana Pedroza a la Coordinación Nacional de Literatura.
A la mexicana Elena Garro se le debe la traducción al francés de parte de la obra de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges. En el caso de Victoria Ocampo, ella tuvo mayor interés por los escritores europeos.
Respecto a lo anterior, Pedroza comentó que “Una habitación propia, de Virginia Woolf fue traducida al español por Jorge Luis Borges a petición de Victoria Ocampo. Pero también colaboraron escritores como Alfonso Reyes, Ernesto Sábato, Silvina Ocampo, Ricardo Güiraldes y Jules Supervielle”.
Como parte de los efectos más notables de la labor de ambas fue la aparición de distintos autores en la mencionada revista Sur, referencia no solo literaria sino cultural, donde se realizaban planteamientos filosóficos e ideológicos.
“La revista atravesó prácticamente todo el siglo XX y los aconteceres políticos desde los años 30 hasta los 90. Desde París, en el epicentro de la cultura de aquella época, Elena Garro propició el encuentro de muchos intelectuales europeos y latinoamericanos. Echó a andar una maquinaria secreta para que artistas europeos se interesaran en Latinoamérica y que los artistas latinoamericanos fueran conocidos en Europa”.
A decir de Pedroza, a las escritoras Victoria Ocampo y Elena Garro las igualó el ser grandes lectoras e interesadas en el ámbito cultural, ser viajeras y cosmopolitas. La diferencia entre ellas solo sería de tipo metodológico.
“Victoria Ocampo estaba respaldada no solo por su posición económica sino por un grupo influyente, con personalidades como Borges, Bioy Casares, Bianco y Waldo Frank que la apoyaron y guiaron, tan es así que Sur se mantuvo durante seis décadas y sobrevivió incluso a su fundadora.
“En Elena Garro fue más circunstancial, donde las condiciones fueron presentando las oportunidades. Sus estancias en España, Francia, Suiza, Japón, Estados Unidos, su condición de esposa de un diplomático y luego como escritora le dieron oportunidad de tomar el pulso de lo que se gestaba a nivel cultural”.
A María Fernanda Ampuero y Liliana Pedroza les interesa resaltar estos temas poco conocidos en las trayectorias de ambas intelectuales. “Nos parece importante saber cómo Ocampo y Garro cambiaron, cada una a su manera, la forma de leer a los contemporáneos”, finalizó.