• Se conmemorará el domingo 8 de noviembre a las 12:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes; entrada libre

 

La publicación de poesía en México es una tarea ardua. Debido a las condiciones editoriales y al poco público asiduo a este género son pocas las editoriales que se han arriesgado y mantenido en el gusto de los lectores. Una de ellas es Trilce Ediciones con su colección Tristán Lecoq, en la cual durante 20 años han aparecido poetas reconocidos, tanto mexicanos como extranjeros, con lo que se ha consolidado de esta manera una importante apuesta por la literatura.

 

El 20º aniversario de la colección Tristán Lecoq se conmemorará en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el domingo 8 de noviembre al mediodía, con la participación de Eduardo Hurtado, Déborah Holtz, David Huerta, Carlos Mapes y Juan Carlos Mena. La entrada será gratuita.

  • Se conmemorará el domingo 8 de noviembre a las 12:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes; entrada libre

La publicación de poesía en México es una tarea ardua. Debido a las condiciones editoriales y al poco público asiduo a este género son pocas las editoriales que se han arriesgado y mantenido en el gusto de los lectores. Una de ellas es Trilce Ediciones con su colección Tristán Lecoq, en la cual durante 20 años han aparecido poetas reconocidos, tanto mexicanos como extranjeros, con lo que se ha consolidado de esta manera una importante apuesta por la literatura.

El 20º aniversario de la colección Tristán Lecoq se conmemorará en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el domingo 8 de noviembre al mediodía, con la participación de Eduardo Hurtado, Déborah Holtz, David Huerta, Carlos Mapes y Juan Carlos Mena. La entrada será gratuita.

 

El origen de la colección se dio a partir del fallecimiento del poeta Álvaro Quijano, quien dejó inédito el libro Este jardín es una ruina (1995), manuscrito que se encargaron de publicar de manera póstuma David Huerta, Eduardo Hurtado, Carlos Mapes, Juan Carlos Mena y Déborah Holtz. “Después de haber editado este libro, y que salió, vimos que sería peor haberlo editado si no seguíamos la colección”, comenta la directora de Trilce Ediciones, Déborah Holtz, en entrevista con la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

 

Como un homenaje a Álvaro Quijano nació esta colección en 1995, bajo el nombre del personaje principal de su novela El libro de Tristán (1991). El título se lo puso el escritor Christopher Domínguez Michael. Después del primer volumen le siguieron poemarios como El turno del aullante (1997) del recientemente fallecido Max Rojas. Ahora están por completar los 50 títulos editados, con un catálogo de escritores mexicanos, franceses o irlandeses, como el Premio Nobel de Literatura Seamus Heaney, uno de sus autores más emblemáticos.

 

“Realmente hemos mantenido la colección contra viento y marea porque no hemos querido dejarla fenecer. Es una odisea publicar poesía. Realmente son pocas las fuentes de financiamiento para trabajos de esta naturaleza, y después tienes el problema de la distribución. Por lo tanto, hemos tenido que hacer otro tipo de trabajos para poder financiar esos libros”, explica Holtz.

 

Colaboraciones entre instituciones públicas y privadas han sido un arma de Trilce Ediciones para mantener su proyecto a flote. También han formulado diversas maneras para promover la poesía, desde programas de coinversión y estrategias de marketing, hasta novedosas y llamativas formas de presentar libros, no solo en el aspecto visual.

 

“Hemos dado todas las batallas posibles. Hemos hecho presentaciones arriesgadas, como la de La generación del cordero: antología de la poesía actual en las islas británicas (2009), con DJ´s y los poetas que vinieron del Reino Unido, una presentación masiva con baile en Ex Teresa Arte Actual. Nosotros queríamos darle a la poesía un carácter más mundano, más accesible; un carácter popular, no por eso masivo, sino accesible, pues es un género alcanzable”.

 

El problema de la exhibición en librerías también es otro aspecto que merma la situación de las editoriales independientes. “Se habla de 500 librerías en México y pues ya te imaginarás que el espacio para la poesía no es el central. Sin embargo, es uno de los grandes géneros en este país. Para nosotros es una gran satisfacción haber llegado a 20 años, porque no es lo mismo que hacerlo con una colección de narrativa o de cuento, que tienen un mercado mucho más amplio”.

 

La vocación por promover la poesía de diversas latitudes ha hecho de Trilce Ediciones una pionera en la forma de difundir el género en México. Mantener viva la memoria de Quijano los ha llevado a darle este carácter único. Títulos de Luigi Amara, William Ospina, Angelina Muñiz-Huberman, José Kozer, Carmen Villoro y Tedi López Mills forman parte de la colección. “La poesía es un nicho muy especial y espero que podamos seguir publicándola hasta el último de nuestros días”.