• El editor, ensayista, periodista, profesor, investigador y crítico fue homenajeado en el Palacio de Bellas Artes

 

 

Sin la presencia del homenajeado, que no pudo asistir por motivos de salud, amigos y escritores que crecieron bajo su cobijo festejaron la noche del martes 3 de noviembre los 80 años del editor, ensayista, periodista, profesor, investigador y crítico Huberto Batis en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

 

A través de un video grabado, Batis reflexionó conmovido: “Ya no me queda mucho tiempo en la tierra. Como decía mi padre: ‘Ahí les dejo encargado el negocio, a ver qué hacen con el mundo’, pues ahora nos hemos convertido en los enemigos de la tierra y la naturaleza”.

 

  • El editor, ensayista, periodista, profesor, investigador y crítico fue homenajeado en el Palacio de Bellas Artes

Sin la presencia del homenajeado, que no pudo asistir por motivos de salud, amigos y escritores que crecieron bajo su cobijo festejaron la noche del martes 3 de noviembre los 80 años del editor, ensayista, periodista, profesor, investigador y crítico Huberto Batis en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

A través de un video grabado, Batis reflexionó conmovido: “Ya no me queda mucho tiempo en la tierra. Como decía mi padre: ‘Ahí les dejo encargado el negocio, a ver qué hacen con el mundo’, pues ahora nos hemos convertido en los enemigos de la tierra y la naturaleza”.

 

El fundador del suplemento Sábado del periódico Unomásuno y director durante algunos años de la Revista de Bellas Artes agradeció a todos sus colaboradores el apoyo brindado durante tantos años y los instó “a que conserven lo que tanto tiempo se ha preservado en México: el arte y la literatura, así como el amor que les tengo y nos tenemos todos”.

 

En la mesa colocada en la sala del recinto de mármol estuvieron presentes el coordinador nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Mauricio Montiel; los escritores Guillermo Fadanelli y Miguelángel Díaz Monges, y el editor Julio Aguilar, quienes recordaron a Batis en medio de bromas y un ambiente festivo.

 

 

 

Montiel rememoró cuando conoció al editor de Cuadernos del Viento en la cantina El León de Oro, donde “hicimos clic de inmediato”, gracias a que ambos compartían varias aspectos, entre ellos ser nativos de Guadalajara y haber sido boy scouts, además de editar Sábado. Lo más importante de todo fue haber entablado amistad, dijo.

 

Batis, apuntó Guillermo Fadanelli, “te demostraba que sentía una gran amistad y nobleza por ti, pero también a mitad de una plática se adivinaba que estaba harto de lo que oía”.

 

Según Fadanelli, Huberto Batis prefería la difamación y el chisme como vocación socrática. “Ayer lo visité y ya buscaba la muerte, pero enseguida se repuso y empezamos a hablar mal de los amigos, de sus defectos, de sus vanidades y de sus ideas de poder”.

 

Señaló que Batis tiene varias características propias, como su capacidad de digresión intelectual. “No le interesa tratar asuntos literarios directamente: se va por las ramas y vuelve al tronco. Es notorio su amplio conocimiento.

 

“Huberto Batis es uno de los lectores más acuciosos que existen, por su necedad de encontrar a cada palabra y a cada coma todo significado. Es un lector de mirada puntillosa. Nos hizo sentir que la literatura valía la pena de ser vivida, así fueras buen o mal escritor. Para mí, es un hombre inigualable. No creo que se nos vaya a morir”.

 

Por su parte, Miguelángel Díaz Monges indicó que el festejado, un hombre simpático y observador, quería “destruir” a Juan García Ponce, de quien publicó muchos ensayos. “Posiblemente haya sido el mejor lector que existió de García Ponce”.

 

Y las anécdotas, en verdad bastantes, continuaron durante más de una hora.

 

 

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