- Participarán Javier Sicilia, Armando González Torres y María Perdomo
- Se realizará una lectura de textos de Eulalio Gómez y Gabriel Zaid
- Domingo 24 de febrero a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
El Instituto Nacional de Bellas Artes conmemorará el centenario del natalicio del poeta Manuel Ponce con la reunión de un reconocido grupo de intelectuales: Javier Sicilia, Armando González Torres y María Perdomo, en una mesa de análisis para revisar su obra y trascendencia. También se realizará una lectura de textos de Eulalio Gómez y Gabriel Zaid.
Para Armando González Torres, la importancia de esta actividad radica en que servirá para que mucha gente conozca la obra de este autor formado en la fe católica, quien mantuvo un bajo perfil en las letras a lo largo de su vida: “Hay tres razones por las que sigue vigente. Primero, su enorme calidad y calidez poética; segundo, su rigor experimental, su novedad e innovación; y tercero, por este panteísmo inteligente que se convierte en una perspectiva de la vida.
- Participarán Javier Sicilia, Armando González Torres y María Perdomo
- Se realizará una lectura de textos de Eulalio Gómez y Gabriel Zaid
- Domingo 24 de febrero a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
El Instituto Nacional de Bellas Artes conmemorará el centenario del natalicio del poeta Manuel Ponce con la reunión de un reconocido grupo de intelectuales: Javier Sicilia, Armando González Torres y María Perdomo, en una mesa de análisis para revisar su obra y trascendencia. También se realizará una lectura de textos de Eulalio Gómez y Gabriel Zaid.
Para Armando González Torres, la importancia de esta actividad radica en que servirá para que mucha gente conozca la obra de este autor formado en la fe católica, quien mantuvo un bajo perfil en las letras a lo largo de su vida: “Hay tres razones por las que sigue vigente. Primero, su enorme calidad y calidez poética; segundo, su rigor experimental, su novedad e innovación; y tercero, por este panteísmo inteligente que se convierte en una perspectiva de la vida.
“Aunque se trata de un poeta de fe católica, no quiere decir que responda a ninguna ortodoxia, sino que es poeta que experimenta en la técnica: la métrica y lo mismo puede mezclar arcaísmo que neologismo, usar formas canónicas e improvisar. Es un autor ejemplar para alguien que quiera leer o escribir buena poesía con toda libertad: la lectura de Manuel Ponce es fundamental”, comenta González Torres.
Tras la muerte de su padre en 1918, Ponce fue internado por su madre en el Seminario de Morelia en 1924. Dos años más tarde el presidente Plutarco Elías Calles comenzó la tercera persecución religiosa en México. Aunque Manuel Ponce tuvo una infancia difícil y sufrió persecución, por los resabios de la guerra cristera, el poeta logró transmitir en su obra todo lo contrario a lo que vivió: “una celebración y una jovialidad; una capacidad de amor hacia el prójimo y el mundo. Esta capacidad y agradecimiento a la vida son evidentes en la poesía de Manuel Ponce”, concluyó el literato.
El poeta y ensayista Gabriel Zaid arroja luz sobre Manuel Ponce en Letras Libres: “El jardín increíble fue reeditado cincuenta años después (Jus 1950) en la colección Clásicos Cristianos, cuya visión religiosa se palpa en su trabajo poético, presentado por dos textos La teofanía en El jardín increíble de Javier Sicilia y Poesía y revelación de María Teresa Perdomo, autora de La poesía de Manuel Ponce (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1994), libro que recoge mucha información y entra acertadamente a lo más difícil de todo: el análisis literario de los poemas.
Manuel Ponce nació en Tanhuato, Michoacán, el 15 de febrero de 1913 y murió el 5 de febrero de 1994. El poeta estudió en el Seminario Tridentino de Morelia. Fue sacerdote, profesor de literatura, director de Trento y Lecturas, presidente de la Comisión Nacional de Arte Sacro de la Conferencia Episcopal Mexicana, fundador del Instituto de Cultura Arca (Arte y Caridad) y de la Academia de Apreciación Artística Fray Angélico. Fundó la Academia de Historia Eclesiástica y de la Casa de Poesía, y ocupó un lugar en la Academia Mexicana de la Lengua. Como promotor cultural llegó a la dirección de Amigos de Miguel Bernal Jiménez y de la Sociedad Conmemorativa de don Vasco de Quiroga. Sus colaboraciones se encuentran en Abside, América, Cuadernos de Literatura Michoacana, El Hijo Pródigo, Letras de México y Viñetas de Literatura.
Entre su obra publicada figuran Ciclo de vírgenes (1940), Quadragenario y segunda pasión, (1942), Misterios para cantar bajo los álamos (1946), El jardín increíble (1950), Cristo y María (1962), Elegías y teofanías(1968), Antología poética (1980), Some of my Poems, Latin America Literary (1987) y Poesías (1940-1984).
La mesa de discusión y análisis se realizará en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el domingo 24 de febrero a las 12.00 horas.