*** Reúnen a colaboradores, amigos y familiares para recordar la figura del escritor, fallecido el pasado 31 de julio

*** El autor preparaba una nueva novela, que titularía “Ninguna soledad como la mía”

*** Domingo 11 de septiembre a las 12:00 horas en la sala Manuel M. Ponce

     

    Bajo el título Lichi en alguna parte. Celebración de la vida y obra de Eliseo Alberto, el Instituto Nacional de Bellas Artes hará un reconocimiento al escritor de origen cubano, quien falleció el pasado 31 de julio en la ciudad de México a la edad de 59 años. La sesión se llevará a cabo el domingo 11 de septiembre a las 12:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

    En el acto participarán Jorge F. Hernández, Carlos Marín, Rafael Rojas, Juan Carlos García Álvarez (Dr. Bolavsky) y María José de Diego, en un evento de entrada libre, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.

     

    *** Reúnen a colaboradores, amigos y familiares para recordar la figura del escritor, fallecido el pasado 31 de julio

    *** El autor preparaba una nueva novela, que titularía “Ninguna soledad como la mía”

    *** Domingo 11 de septiembre a las 12:00 horas en la sala Manuel M. Ponce

    Bajo el título Lichi en alguna parte. Celebración de la vida y obra de Eliseo Alberto, el Instituto Nacional de Bellas Artes hará un reconocimiento al escritor de origen cubano, quien falleció el pasado 31 de julio en la ciudad de México a la edad de 59 años. La sesión se llevará a cabo el domingo 11 de septiembre a las 12:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

    En el acto participarán Jorge F. Hernández, Carlos Marín, Rafael Rojas, Juan Carlos García Álvarez (Dr. Bolavsky) y María José de Diego, en un evento de entrada libre, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.

    Eliseo Alberto, quien nació en Arroyo Naranjo, Cuba (1951), radicó en México desde 1990 y obtuvo la nacionalidad mexicana en el año 2000. Narrador, poeta y guionista, se licenció en periodismo por la Universidad de La Habana, y era colaborador de Milenio Diario.

    Fue profesor en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba; en el Centro de Capacitación Cinematográfica de México y en el Sundance Institute. Jefe de redacción de la gaceta literaria El Caimán Barbudo y subdirector de la revista Cine Cubano. Escribió guiones de cine y televisión.

    Es autor de las novelas La eternidad por fin comienza un lunes (1993); Caracol Beach (1998); La fábula de José (2001); Esther en alguna parte. O el romance de Lino y Larry Pó (2005); Una noche dentro de la noche (2006) y El retablo del Conde Eros (2008).

    Durante la presentación de su novela El retablo del Conde Eros, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Eliseo Alberto anunció en su momento que ya trabajaba en una nueva novela titulada Ninguna soledad como la mía, frase que tomaba de los Sonetos Nocturnos, del poeta tabasqueño Carlos Pellicer.

    Sobre su narrativa, el propio escritor dijo alguna vez que sus novelas están gobernadas por personajes entrañables: “La novela que me gusta leer y escribir es aquella que explora la condición humana”, afirmaba el escritor. La escritura de Eliseo Alberto, a pesar de la melancolía que él mismo declaraba padecer, siempre se distinguió por profesar una luminosa fe en la naturaleza humana. Por ello, según sus propias palabras, en sus libros los temas recurrentes son el arrepentimiento, el perdón y el castigo; ideas fundamentales del pensamiento cristiano. En consecuencia, dijo alguna vez el escritor, en sus novelas que no hay buenos villanos”.

    Como poeta, Eliseo Alberto publicó los libros, Importará el trueno (1975); Las cosas que yo amo (1976); Un instante en cada cosa (1979). Aunque la obra poética de Eliseo Alberto fue breve en comparación con su prosa, el escritor siempre reiteró la alta estima en que tenía a la poesía, la cual dejó de cultivar luego de separarse de su primera esposa, la bailarina cubana Rosario Suárez.

    En entrevista con la investigadora Lucila Navarrete TurrentEliseo Alberto explicaba que la poesía era su constitución privada y ley rectora de su paso por este mundo, pues ella le obligaba a cumplir con sus mandamientos de fe, esperanza y caridad. “Adoro a los poetas. Los novelistas somos escritores de segunda”, afirmaba en esa ocasión.

    Para Eliseo Alberto, explicaba en dicha entrevista, su paso por la poesía fue una experiencia que terminó con su amor de juventud. La mirada del poeta, consideraba el escritor, es una mirada de águila y, la suya, en cambio, fue siempre demasiado ingenua.

    Sobre la reticencia de Eliseo Alberto para considerarse a sí mismo como poeta, su amigo, el también escritor, Jorge F. Hernández, señaló en entrevista con el diario El Universal, que a pesar de ello, el autor fue innegablemente un gran poeta, aunque el hecho de ser hijo de Eliseo Diego, uno de los grandes poetas de la lengua española, le resultaba un gran lastre. Sin embargo, apunta Jorge F. Hernández, Eliseo Alberto llevaba la poesía en su interior y era capaz de dar un sesgo poético a cualquier género que escribiera, por ello, concluía Hernández en dicha entrevista, con Eliseo Alberto “la literatura pierde a uno de sus mejores novelistas y la crónica pierde a uno de sus mejores exponentes”.

    Como guionista, Eliseo Alberto trabajó al lado de directores cubanos y mexicanos; de las varias películas en la cuales trabajó, sobresale Guantanamera, bajo la dirección de Tomás Gutiérrez Alea. Sobre su incursión en el cine, Eliseo Alberto la consideró siempre como una insuperable oportunidad para divertirse, pues siempre trabajó en esta área con amigos suyos.

    La obra de Eliseo Alberto fue reconocida con los premios La Edad de Oro por Algo del corazón; Premio Nacional de la Crítica, 1983 por La fogata roja; Premio Casa de las Américas por Un instante en cada cosa; Premio Gabino Palma 1997 por Informe contra mí mismo y el Premio Internacional Alfaguara de Novela 1998, por Caracol Beach.

    Publicó los libros de ensayos Dos cubalibres. Nadie quiere más a Cuba que yo (2004); así como el libro de memorias Informe contra mí mismo (1997). También incursionó en la literatura para niños y jóvenes con los títulos: La fogata roja (1983); Breve historia del mundo (2000) y Del otro lado de los sueños (2002).