*** Presentación: domingo 21 de noviembre de 2010, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Ciudad de México. Entrada libre
Las definiciones de palabras de uso coloquial o popular como: Miguelito, ñor, ibm hambrosia y órales, entre otras, forman parte de las 11 mil 400 voces y 18 mil 700 acepciones --del español actual de México-- registradas en el Diccionario de mexicanismos, elaborado por la Academia Mexicana de la Lengua, bajo la coordinación de la doctora en Lingüística Hispánica, Concepción Company Company.
*** Presentación: domingo 21 de noviembre de 2010, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Ciudad de México. Entrada libre
Las definiciones de palabras de uso coloquial o popular como: Miguelito, ñor, ibm hambrosia y órales, entre otras, forman parte de las 11 mil 400 voces y 18 mil 700 acepciones --del español actual de México-- registradas en el Diccionario de mexicanismos, elaborado por la Academia Mexicana de la Lengua, bajo la coordinación de la doctora en Lingüística Hispánica, Concepción Company Company.
El Diccionario de mexicanismos será presentado el domingo 21 de noviembre de 2010, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, por José G. Moreno de Alba, director de la Academia Mexicana de la Lengua; Concepción Company Company, coordinadora del Diccionario de mexicanismos; Fernando Nava, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Jaime Labastida, director de Siglo XXI Editores.
Dicha investigación, que inició en 2007, muestra las rutinas y los hábitos lingüísticos que otorgan identidad a los mexicanos y en él se ven reflejados los grandes ejes culturales alrededor de los cuales se concentra el léxico del español de México, desde la obsesión por el sexo hasta la cotidianidad de la muerte, pasando por las cortesías, el sarcasmo, la ironía o el bien conocido y multiangular machismo, entre muchos otros focos culturales.
Esta obra es un diccionario diferencial del español de España e incluyente respecto al español de América, muestra las voces y acepciones de distintas áreas geográficas del país, aunque el habla del área fundamental que registra es el Altiplano Central por concentrar la mayor parte de la población; además refleja el léxico usado por cuatro generaciones, la primera considerada a partir de los 18 años de edad.
José G. Moreno de Alba señala en un fragmento de la presentación que abre el volumen: “Este diccionario, preparado por la Academia Mexicana es, por una parte, especial y, por otra, diferencial. Quiere esto decir que quien lo consulte encontrará en él voces y definiciones si no precisamente exclusivas, sí propias del español mexicano. Los vocablos y acepciones que contiene este diccionario, por una parte, son empleados o, al menos, conocidos por una buena parte de los hispanohablantes mexicanos y, por otra, no se usan ni se conocen por la mayor parte de los hispanohablantes no mexicanos.
“(...) Entre sus artículos, por lo tanto, no se hallan los términos que se denominan mexicanismos diacrónicos o históricos, esto es, aquellas voces o acepciones que tuvieron su origen en México pero que hoy forman parte del léxico de otras regiones o, inclusive, de todo el mundo hispanohablante. La palabra tomate, valga como ejemplo, tiene ciertamente su origen en el náhuatl, lengua mexicana; sin embargo, se trata de un vocablo que pertenece hoy no solo al español general sino también al vocabulario de otras lenguas. No es por lo tanto un mexicanismo sincrónico. Así que este Diccionario de mexicanismos no es, en sentido estricto, un diccionario de indigenismos. Esto no quiere decir sin embargo que no se incluyan cientos de palabras de origen indígena que, además, se emplean de forma exclusiva en México”.
Además de la Presentación, de José G. Moreno de Alba y la Introducción, de Concepción Company Company, el Diccionario de mexicanismos incluye guía del usuario, fuentes base de consulta y descripción de abreviaturas y simbolismos empleados.
Los autores del Diccionario de mexicanismos advierten que a diferencia del español hablado por el individuo urbano de clase media, instruido o no instruido, que se incorpora en esta obra; las voces y acepciones rurales se presentan en menor medida, por lo que será motivo de otra investigación dar cuenta del habla del español rural y regional en México.