*** A partir del lunes 25 de octubre de 2010, en la Casa Leona Vicario, ubicada en la calle República de Brasil 37, col. Centro Histórico. Ciudad de México. Entrada libre

*** Leona Vicario en el contexto de su época y las peculiaridades de su género dentro de la independencia, además de hechos determinantes como su matrimonio con Andrés Quintana Roo 

 

En el marco del Bicentenario de la Independencia de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes rinde homenaje a una de las grandes heroínas de la independencia, Leona Vicario, a través de la exposición Leona Vicario y su tiempo, que se exhibirá a partir del lunes 25 de octubre, en la casa que la insurgenta habitó junto con su esposo e hijas desde 1824 hasta su muerte, en 1842.

*** A partir del lunes 25 de octubre de 2010, en la Casa Leona Vicario, ubicada en la calle República de Brasil 37, col. Centro Histórico. Ciudad de México. Entrada libre

*** Leona Vicario en el contexto de su época y las peculiaridades de su género dentro de la independencia, además de hechos determinantes como su matrimonio con Andrés Quintana Roo 

En el marco del Bicentenario de la Independencia de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes rinde homenaje a una de las grandes heroínas de la independencia, Leona Vicario, a través de la exposición Leona Vicario y su tiempo, que se exhibirá a partir del lunes 25 de octubre, en la casa que la insurgenta habitó junto con su esposo e hijas desde 1824 hasta su muerte, en 1842.

La muestra se presenta a manera de recorrido histórico literario y está integrada por alrededor de 60 reproducciones digitales de documentos históricos, entre los que destacan la Fe de bautizo y el testamento de la propia Leona Vicario, así como artículos periodísticos que publicó en El Despertador Americano.

Además se exhiben 68 fotografías que sitúan a esta mujer en el contexto de su época y en su participación dentro de la Independencia. Entre las imágenes ahí reunidas se hallan fotografías de la propia Leona Vicario, de los intelectuales y héroes insurgentes, de las castas y clases sociales, así como de la casa misma.

Los aspectos que abordará la exposición están divididos en cuatro etapas: 1: Leona Vicario en el contexto de su época. 2: Leona Vicario y el movimiento de insurgencia. 3: Leona Vicario y Andrés Quintana Roo: Pareja política, y 4: La casa de Leona Vicario.

Leona Vicario y su tiempo comparte con el público aspectos del ámbito público y privado de esta mujer que perteneció a la clase alta y culta de la sociedad novohispana y que apoyó la causa insurgente desde sus inicios hasta el final de la lucha.

Además incluye un pasaje ubicado en la zona limítrofe entre ambas esferas: el encuentro y matrimonio de Leona Vicario con Andrés Quintana Roo, quien también fue defensor de la causa independentista.

           

Los visitantes observarán reproducciones de periódicos de la época, los cuales publicaban desde partes militares, manifiestos y planes políticos hasta poemas, odas, y las contribuciones intelectuales de Ignacio López Rayón, Fray Servando Teresa de Mier y el español Francisco Javier Mina, quienes se adherían a la propuesta independentista y la defendían en sus artículos.

En exhibición también se encontrará el famoso Juguetillo, de Carlos María Bustamante; el Diario de México, del que fueron fundadores los abogados Carlos María de Bustamante y Jacobo de Villa Urrutia; así como muestras de publicaciones anónimas entre las que se encuentran las entregas de “El pensador mexicano” seudónimo de José Joaquín Fernández de Lizardi.

Sobre ella misma y las particularidades de su género en el movimiento independentista, la exposición revela el temperamento e inteligencia de Leona Vicario, quien reconocía la injusticia cometida con el pueblo mexicano. “Se cuenta que desde el balcón de su casa salía a gritar sin ninguna prudencia: ¡Vivan mis hermanos los insurgentes!”.

La determinación que ostentaba Leona Vicario, si bien era destacable, no era totalmente excepcional; así como ella, hubo varias mujeres que compartían sus ideales y que a pesar de pertenecer a la clase alta, estuvieron involucradas de manera directa en el movimiento independentista.

Las mujeres hablaban y gestaban ideas revolucionarias en sus acostumbradas tertulias y discusiones caseras. Gertrudis Bocanegra, por ejemplo, prestaba su hogar en Valladolid para reuniones con varios conspiradores, entre ellos los hermanos Michelena.

Al lado de sus maridos y por convicción propia, varias mujeres criollas se unieron a la lucha; muchas de ellas fueron apresadas y algunas otras fusiladas, como Luisa Martínez, oriunda de Michoacán, quien fungió como correo además de que proporcionaba víveres y recursos a los guerrilleros.

Leona Vicario, por su parte, también superó diversos obstáculos. Como miembro interno de la comunicación entre “Los Guadalupes”, grupo insurgente al que ella pertenecía, se valió de su ingenio para firmar misivas con seudónimos, algunos obtenidos de los libros franceses que leía.

En 1813 uno de sus correos fue interceptado; Leona, al ser avisada de esto, huyó con rumbo a Michoacán. De regreso a la capital, su propio tío la recluyó en el Colegio de Belén y dio aviso a las autoridades para que fuera procesada conforme a la justicia.

La insurgenta fue interrogada pero nunca delató a sus compañeros; el dictamen terminó en su formal prisión y en la incautación de todos sus bienes. Poco duraría en prisión, pues días después sus compañeros efectuaron su rescate con éxito y se dirigieron a Oaxaca, tierra conquistada por Morelos y posteriormente a Chilpancingo donde se reunió con Andrés Quintana Roo para contraer matrimonio.

Encarcelada, torturada y en huida constante, Leona Vicario siguió adelante en pie de lucha hasta la consumación de la guerra y aún entonces siguió luchando contra el gobierno conservador.

Al triunfo de la república, Leona Vicario recibió indulto por parte del gobierno así como la restitución de los bienes incautados a causa de su rebeldía: esta casa, actual sede de la Coordinación Nacional de Literatura.

Leona Vicario firmó su testamento el 30 de marzo de 1839. Murió tres años después, el 21 de agosto a las nueve de la noche en la habitación que forma esquina con la calle de Cocheras.

Andrés Quintana Roo falleció el 15 de abril de 1851. Su hija Genoveva juntó los restos de sus padres para enterrarlos en el panteón del Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles y en 1910 fueron trasladados a la columna de la Independencia.

Horario de visita: de lunes a vienes, de 10:00 a 16:00 horas, en el patio de la Casa Leona Vicario, actual sede de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, ubicada en la calle Brasil N° 37, Centro Histórico, ciudad de México. Entrada libre.