*** El sábado 26 de febrero de 2011, a las 11:00 horas, tendrá lugar el espectáculo ¡Cuento te quiero!, en la Fonoteca Nacional, Francisco Sosa 383, col. Barrio de Santa Catarina. Entrada libre

 

 

El verdadero cuenta cuentos es un improvisador que tiene un gran conocimiento literario: es un hombre culto, consideró Eduardo Robles Boza, mejor conocido como “Tío Patota”, quien ofrecerá el espectáculo ¡Cuento te quiero!, el sábado 26 de febrero de 2011, a las 11:00 horas, en la Fonoteca Nacional, dentro del ciclo Tiempo de contar, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Alas y Raíces de Conaculta Niños.

 

 

El espectáculo ¡Cuento te quiero! está integrado por cuatro historias emotivas y divertidas con un toque de suspenso. Dichas historias son de la autoría de Eduardo Robles Boza y en todas ellas, los personajes son objetos: el Lápiz poeta, la Hojita de La Mancha, el Clavo que quiso ser tornillo y la Pelota Carlota.

 

*** El sábado 26 de febrero de 2011, a las 11:00 horas, tendrá lugar el espectáculo ¡Cuento te quiero!, en la Fonoteca Nacional, Francisco Sosa 383, col. Barrio de Santa Catarina. Entrada libre

 

El verdadero cuenta cuentos es un improvisador que tiene un gran conocimiento literario: es un hombre culto, consideró Eduardo Robles Boza, mejor conocido como “Tío Patota”, quien ofrecerá el espectáculo ¡Cuento te quiero!, el sábado 26 de febrero de 2011, a las 11:00 horas, en la Fonoteca Nacional, dentro del ciclo Tiempo de contar, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Alas y Raíces de Conaculta Niños.

 

El espectáculo ¡Cuento te quiero! está integrado por cuatro historias emotivas y divertidas con un toque de suspenso. Dichas historias son de la autoría de Eduardo Robles Boza y en todas ellas, los personajes son objetos: el Lápiz poeta, la Hojita de La Mancha, el Clavo que quiso ser tornillo y la Pelota Carlota.

 

“Tío Patota” salpicará la propuesta con una pizca de amor, humor y susto, “elementos que todo cuento debe tener”. A través de sus cuentos, Eduardo Robles transmite valores como la unión familiar, el respeto, la libertad, la solidaridad, la fidelidad y el amor a uno mismo, entre otras virtudes que por su universalidad llegan a los niños de diferentes condiciones.

 

 

El también guionista y conductor Eduardo Robles se inició en la literatura infantil mientras radicaba en Inglaterra. Fue a finales de 1970 y principios de los 80, cuando comenzó a dirigir cartas a su sobrina para describirle el lugar en el que vivía. Así comenzó a relatar sus experiencias en un tono adecuado para el público infantil.

 

 

El “Tío Patota” es pionero del arte de narrar cuentos y de la promoción de la literatura y cultura infantil en México, “cuando yo empecé hace 35 años no había ningún narrador oral y existían muy pocas editoriales para niños”, y en un corto tiempo se inició todo un movimiento relacionado a los niños.

 

 

“Se creó la Asociación de cuenta cuentos, la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil; las editoriales voltearon hacia los escritores de éste género y además surgieron ilustradores. Hubo un boom, en el que hicieron mucho ruido los narradores orales”, recordó Eduardo Robles, quien en 1982 recibiera el Diploma del Jurado Internacional del Premio Hans Christian Andersen por considerar su obra de “importancia internacional”.

 

 

En la actualidad hay una numerosa oferta de narradores orales, hombres y mujeres, de “gran valía”, que a su vez, tienen ya un público y espacios establecidos, y muchos de ellos, participan en la formación de nuevas generaciones de cuenteros. Gracias a eso se puede decir que en México el oficio del arte de narrar cuentos se encuentra en un momento de madurez y estabilidad.

 

 

Hay que tomar en cuenta, indicó “Tío Patota”, que la tradición oral existe desde la época prehispánica en nuestro país y en los pueblos indígenas todavía es una costumbre muy recurrente.

 

 

La importancia de la labor de los cuenteros radica entre otras cosas en que amplía el lenguaje, desarrolla la imaginación y concentración, y ayuda a comprender mejor el mundo; “se dice que el narrador oral quintuplica el vocabulario de un niño al cabo de un tiempo” y, es por ello, que su existencia es fundamental para una sociedad.

 

 

“En los pueblos el cuentero tiene el mismo valor que el cura o el maestro, porque es el hombre que les trae un mundo que los niños no conocen, les habla del mar, de las sirenas, del desierto, del bosque, de las ciudades; les amplía su mundo”.

 

 

Una de las características que debe cumplir un narrador oral, señaló el autor de La vida secreta de una maceta, (Everest/Trillas, 1984), es que le apasione el mundo infantil y la honestidad con los niños, porque “ellos se dan cuenta si los quieres, respetas o les mientes”, concluyó.

 

 

Eduardo Robles Boza, el “Tío Patota”, (Ciudad de México, el 7 de junio de 1941) Es narrador, cuentacuentos, guionista y conductor. Estudió periodismo en la Universidad de Venezuela. Es autor de libros de cuentos infantiles, novelas para adolescentes, teatro, poesía y métodos de lectura editados en México, Estados Unidos y España. Ha sido profesor de la UNAM y distintas universidades de Centro y Sudamérica; cofundador de IBBY-México; asesor externo de Papalote Museo del Niño; conductor del programa televisivo “El Círculo de la Imaginación” de C–13.

 

 

Se han puesto en escena sus obras: Piñata cuadrada, navidad redonda (1982), Cuento contigo (1989), Retratos (1990) y Confesiones (1992). Entre sus libros destacan: la serie de Cuentos-cartas: La cartita que viajó en jet, (Patria/Everest, Inglaterra, 1972); Las Letras de mi máquina de escribir, (Patria/Everest, 1973); Un día nació un punto, (Trillas/Scott Foresman, 1984). En novela Estuve en el fin del mundo, (Grijalbo, 1996) y Poesía, El amor imposible de Pitágoras, (Patria, Venezuela, 1959).