-
Organiza la presentación del volumen de relatos Morir todos los días
-
Domingo 30 de octubre, 12:00 horas; en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
Con el fin de difundir entre los lectores la más reciente colección de relatos del escritor Vicente Quirarte, será presentado el libro Morir todos los días este domingo 30 de octubre, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
La presentación correrá a cargo de María Emilia Chávez Lara, Jesús Francisco Conde de Arriaga, Carlos Pellicer López y el autor; adicionalmente Elena de Haro realizará una lectura de la obra, bajo la dirección de Eduardo Ruiz Saviñón. Esta actividad es de entrada libre.
Morir todos los días toma su título de un verso del poeta tabasqueño Carlos Pellicer, pues como ha dicho el mismo Vicente Quirarte, quien también es autor de varios libros de poesía, los nombres de sus libros surgen de sus propias lecturas, de las pasiones que le provocan otros autores.
Así, en el primero de los epígrafes que abren el libro puede leerse el verso de Carlos Pellicer, que dice: “Al año de morir todos los días / los frutos de mi voz dijeron tanto / y tan calladamente, que unos días / vivieron a la sombra de aquel canto. / (Aquí la voz se quiebra y el espanto / de tanta soledad llena los días)”. El segundo epígrafe corresponde a un verso de Eduardo Lizalde, donde leemos: “Sueño de alguien que muere, el amor es un árbol que da frutos / dorados sólo cuando duerme”.
Los versos que sirven de insignia al libro anuncian el tema amoroso como una de las preocupaciones centrales de los relatos que componen Morir todos los días; así, cuando el propio autor habla sobre el significado de los textos, explica la importancia del tema amoroso en su obra, pues:
“El que ama muere y sin embargo en esta forma de padecimiento, en esta forma de ser en el otro, tiene un privilegio extraordinario: vive como ningún otro mortal lo hace. El amor, ya sea en el preludio, en la consumación o en el naufragio, provoca que quien ama sea un ser superior a todos los mortales, nos hace iguales a los dioses, nos permite vislumbrar la eternidad en un momento. Decía Nietzsche que al amor no hay que pedirle sino unos instantes que equivalen a la eternidad. En los poemas, en los cuentos, en la novela se trata de eternizar ese momento en el cual a través del reflejo en el otro, a través de la correspondencia con el otro, logramos tocar el vasto cuerpo de la Creación.”
El tema amoroso como eje temático, hace que los protagonistas de Morir todos los días vivan en situaciones límite, a donde son llevados por la fuerza incontenible del amor, sin importar si éste es vivido con inocencia, ternura y desencanto o, en el otro extremo, con pasión y erotismo salvaje.
“Vivir es escribir con todo el cuerpo” reza una sentencia del personaje-poeta del relato “El cuaderno de Aníbal Egea”, para quien escribir es vivir con todo el cuerpo, y caminar la ciudad es una forma de vivir. En consecuencia, los personajes de este libro no escapan de este otro tema presente en la poética de Vicente Quirarte: la ciudad.
Los relatos entretejen referencias a escritores, obras y personajes literarios, quienes cargan, de nuevo, a cuestas su existencia (como los del grupo de los Contemporáneos en “Booz ve dormir a Ruth”), como Francisco Hernández, Darío Jaramillo y Eduardo García Aguilar en “El cuaderno de Aníbal Egea” y como Ana Ozores de Quintanar, mejor conocida como “La Regenta”, en el relato del mismo nombre y quien invita, con arrojo y amargura, a las lectoras a conocer el lado oscuro de la luna y les dice, “pero exijan del otro un sacrificio equivalente a saltar al abismo al mismo tiempo o abrir las alas de modo simultáneo”. Este conjunto de referencias no son sueltas o aisladas, sino que dan cuerpo al relato, arman su estructura.
Vicente Quirarte (Ciudad de México, 1954) ha dedicado buena parte de su obra al tema del amor, ya sea en libros de poemas como Cancionero de Lucrezia Buti, Puerta del verano, El ángel es vampiro (Premio Xavier Villaurrutia 1991), Ciudad de seda, o en estudios críticos como El azogue y lagranada. Gilberto Ownen su discurso amoroso (Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Silvestre Revueltas 1991). El tema amoroso aparece también en sus obras de teatro como Retrato de la joven monstruo y Hay mucho de Penélope en Ulises.
Actualmente es investigador de Instituto de Investigaciones Bibliográficas y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Academia Mexicana de la Lengua.