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La escritora de 89 años recibió un reconocimiento organizado por el INBA
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Celebramos su pensamiento e inteligencia, expresó la titular del Instituto
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La poesía es camino, verdad y luz, dijo la escritora festejada
Con buen sentido del humor, la escritora de participó en el ciclo Protagonistas de la literatura que organiza el INBA, en una mesa redonda en la que participaron sus colegas Jorge Asbun, Carmen Galindo y Manuel Andrade, el pasado fin de semana en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
En el acto, Vicencio Álvarez expresó: “Hoy celebramos a una mujer pionera e indudablemente visionaria. Es una gran satisfacción homenajear a la maestra Dolores Castro, mujer, poetiza, narradora, ensayista, crítica literaria, además de guía y formadora de varias generaciones de estudiantes universitarios por más de cinco décadas”.
El INBA –dijo la funcionaria federal-- reconoce la gran aportación literaria de la maestra Castro, y todos los que la admiramos y la queremos celebramos, de manera cálida, el pensamiento y la inteligencia de una gran analista, y agregó que el programa Protagonistas de la literatura mexicana busca favorecer el acercamiento entre los más grandes y prolíficos escritores y el público de México.
Por su parte, Dolores Castro dijo que con todos sus 89 años, “este homenaje, que quizá si se hiciera a mi persona no sería tan justificado, pero si es a una voz que trató de expresar la poesía, entonces sí. Creo que la poesía es camino, verdad y luz, que es posible que uno, a esta avanzada edad, pueda ver que el sol sale, y agradecer a la vida con toda el alma, porque creo que si un poeta habla sobre la muerte, es precisamente porque ama la vida”.
Con respecto a su último libro, Algo le duele al aire, señaló que en él “no solamente me he expresado libremente, como siempre lo hago, sino también para otros mexicanos que se manifiestan a través del aire, aire que siempre he amado”.
En esta obra, la escritora hidrocálida expresa su preocupación y asombro por la violencia que está viviendo el país, sobre cosas que “siguen existiendo, de lo que se tiene que hablar, y que está ocurriendo hoy”.
La maestra, que en diversas ocasiones ha expresado su preocupación por el poco interés de los jóvenes en la lectura, señaló que “si bien se escribe en el silencio y la soledad, es mentira que quien escribe no quiera que lo lean, porque si no estaría haciendo lo que decía López Velarde, ‘esa costumbre de hablar solo, heroica y llanamente hablar solo’”.
En la mesa, Manuel Andrade destacó “el vigor de la escritura fragmentaria que Castro ha mantenido a través de libros y de años, un discurso poético que utiliza lo cotidiano para luchar contra la muerte, para intentar que prevalezca el ser. Pero se funda, sin embargo, en la conciencia de la discontinuidad, para hacernos reconocer sentimientos nuevos y carencias, sin pretensiones absolutistas ni promesas de reconciliación, sino con un fácil ideario didáctico de hablar de todo eso que somos sin saberlo”.
Por su parte, Carmen Galindo, estudiosa de la obra de Castro, recordó a la escritora en diversos momentos de su vida, principalmente cuando formó parte del grupo Ocho Poetas Mexicanos, junto con Alejandro Avilés, Roberto Cabral del Hoyo, Javier Peñaloza, Honorato Ignacio Magaloni, Efrén Hernández, Octavio Novaro y Rosario Castellanos.
La crítica aseguró que en la obra de Castro hay dos temas principales: la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte, entendidas como experiencia cotidiana, personal. Asimismo, señaló que la poesía de Castro es un continuo interrogarse a sí misma, investigando en soledad y profundidad el rumbo de la vida, de dónde se viene, adónde se va”.
Jorge Asbun estableció que la poética de Castro es “una poética del suspiro”, que es el ejercicio en el que la autora aclara y profundiza sus ideas, contraponiendo los lados, los objetos, ideas y sentimientos, lo cual es clave para entender su poesía. Asbun exclamó que Castro es una mujer poeta fundamental para nuestra lengua y nuestra condición de seres humanos.