• Solaris, inspirada en la novela homónima de Stanislaw Lem
  • “Una visión muy particular de la identidad, de la memoria, de las experiencias dolorosas que nos forman como seres humanos”, Alberto Chimal
  • Participarán Alberto Chimal y José Antonio Valdés

 

El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) invita a la proyección de la cinta Solaris (1972) de Andrei Tarkovski, como parte del ciclo Cinema Fósforo, en el que participarán Alberto Chimal y José Antonio Valdés.

 

Se espera al público en esta actividad gratuita, organizada por la Coordinación Nacional de Literatura en colaboración con la Cineteca Nacional, el 20 de septiembre, a las 19:00 horas, en la Capilla Alfonsina, ubicada en Benjamín Hill 122, colonia Hipódromo Condesa.

 

El director ruso Andrei Tarkovski realizó la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Stanislaw Lem, Solaris, en 1972. Esta cinta ha sido considerada como una respuesta soviética a la película 2001: Odisea en el espacio de Stanley Kubrick, sin embargo, el escritor Alberto Chimal discrepó, comentando en entrevista que en su momento, pudo haber sido leída de ese modo, en especial en el contexto de la Guerra Fría, porque las dos tienen temas y escenarios similares, “la obra de Tarkovski tiene intereses distintos de la Kubrick, y Solaris tendría que leerse como parte del trayecto creativo de su director”, agregó.

 

Esta película es un lento y meditativo psicodrama que se desarrolla en su mayoría en una estación espacial; narra el viaje del doctor Kris Kelvin (Donatas Banionis) al planeta Solaris, para investigar unos extraños sucesos en la estación espacial que está situada en la órbita de dicho planeta. En su estancia, el doctor Kelvin se enfrenta a algo totalmente desconocido, poniendo a prueba toda su experiencia profesional, lejos de toda lógica humana.

 

El planeta Solaris se encuentra rodeado de una especie de océano que se cree pueda ser un tipo de cerebro pensante, y toda la información que llega a la estación espacial es extraña y carece de sentido. El personaje que desarrolla Banionis, al principio se muestra como un tipo frío y extremadamente racional, pero al final, acaba sucumbiendo a las pasiones y emociones que se desencadenan en la estación.

 

Para Alberto Chimal, esta película es una de las mejores de Tarkovski, es “una visión muy particular de la identidad, de la memoria, de las experiencias dolorosas que nos forman como seres humanos”, comentó.

 

El director ruso, consideraba a Solaris como su película menos lograda, a lo que Chimal comentó: “No estoy de acuerdo con Tarkovski, sus grandes momentos no son de efectos especiales, por ejemplo, sino de actuación y de observación del mundo, como ocurre en el resto de su obra”.

 

Andrei Tarkovski es considerado como “un poeta del cine”, y el autor de La torre y el jardín, lo reafirmó, dado el interés en el mundo que poseía el director.

 

“El cine de Tarkovski, al igual que el de Béla Tarr, cuenta el cómo se ve el mundo dentro del mismo plano, la misma imagen. A Tarkovski le interesaba que nos fijáramos en cada detalle de lo que le llama la atención y que aceptemos la invitación a solamente mirar, a no querer llegar a toda velocidad al final de una historia…, sus tomas son siempre muy hermosas… Tarkovski es un cineasta lento, contemplativo, pero en esa lentitud hay una belleza que se puede descubrir”, finalizó.

 

Solaris es una película de ciencia ficción por oposición, es decir, que el verdadero recorrido del filme es introspectivo, más que el de los viajes a otros planetas. Esta es una característica en las cintas de Tarkovski, la de encontrase con uno mismo en un viaje de contemplación espiritual.

 

Alberto Chimal nació en Toluca, Estado de México en 1970 Es  narrador, dramaturgo y ensayista. Realizó el diplomado de la Escuela de Escritores en la SOGEM y la maestría en literatura comparada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

 

Ha sido profesor de la Universidad Autónoma de Coahuila, de la Escuela de Escritores del Estado de México, de la Escuela de Escritores de la SOGEM, de la Universidad Iberoamericana y la Universidad del Claustro de Sor Juana.

 

Colaborador de Arena, Casa del Tiempo, Crítica, El Ángel, Hoja por Hoja, La Jornada Semanal, y Letras Libres. Parte de su obra ha sido traducida al italiano, inglés, francés, húngaro y esperanto.

 

Becario del FOECA-Estado de México, 1994 y 1996, y del FONCA, 1997; artista residente en el Banff Centre for the Arts en Alberta, Canadá, 2002; y miembro del SNCA.

 

Entre su obra están los libros de cuentos El ejército de la luna (1998), Gente del mundo (1998), Historias del predicador, el mago y el rey (1998),El país de los hablistas (2001), Estos son los días (2004), Grey (2006), La ciudad imaginada y otras historias (2009). Así como el volumen de ensayos La cámara de las maravillas (2003); las novelas Los esclavos (2009), La torre y el jardín (2012). También es autor del poemario Los escritores muertos (2000), y de los dramas El secreto de Gorco (1997) y Canovacci (1998).