• Se hablará de su obra a diecisiete años de haber obtenido el Premio Xavier Villaurrutia
  • Participarán Eduardo Casar y el autor 
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El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) invita a la sesión del ciclo “Los Villaurrutia”, dedicada al escritor Jaime Labastida, en la que se abordarán dos de sus obras que ganaron el Premio Xavier Villaurrutia en 1996: Animal de silenciosLa palabra enemiga. En esta actividad participarán Eduardo Casar y el autor, el  29 de octubre, a las 19:00 horas, en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en avenida Nuevo León 91, colonia Hipódromo Condesa, Ciudad de México.

 

En el año de 1960 el escritor Jaime Labastida se dio a conocer por medio de La espiga amotinada, libro colectivo de poesía en el que también se incluyó obra de Juan Bañuelos, Óscar Oliva, Jaime Augusto Shelley y Eraclio Zepeda. Desde entonces, estos escritores han sido conocidos en el panorama de la historia de la literatura mexicana bajo el nombre del grupo de “La espiga amotinada”.

 

La poesía que elaboraba este conjunto de escritores tenía relación estrecha y de modo explícito con el contexto social de aquellos años: en el plano nacional, la huelga ferrocarrilera del 59, y en el internacional, la Revolución cubana. De esta manera se movían en un ámbito temático referente a las luchas sociales, por un país distinto, según ha descrito el escritor Eduardo Casar, quien menciona que otro de sus intereses estribaba en desacralizar el ejercicio poético, restituyendo sus vínculos con las necesidades populares, sin mengua del amoroso cuidado orfebre del lenguaje.

 

Para Eduardo Casar, los cambios que Jaime Labastida imprime en su obra se pueden advertir de un libro a otro, sin embargo, “ha ido creando todo un estilo que es propio, uno puede leer un poema y decir: este poema, es de Labastida”, asegura. Algunos de los rasgos que se identifican en la poesía del autor deAnimal de silencios obedecen a su labor en cuestión filosófica, investigando la construcción del sujeto de conocimiento, que aunque “puede resultar muy técnico para muchos, resulta indispensable para el pensamiento del país. También ha hecho una labor historiográfica en el campo de lo científico, como Humboldt”.

 

Jaime Labastida se ha hecho de su propio prestigio de manera lenta y a contracorriente, explica Casar, porque no era de los grupos favoritos del entorno cultural. Actualmente goza de una gran presencia y un lugar muy bueno en la literatura mexicana, porque es un lugar muy visible, asegura. “Su poesía es de una muy alta calidad formal. De los pocos poetas en México que levantan inquietudes intelectuales. Sus mayores méritos son que tiene un pensamiento muy inquieto y muy hondo que manufactura con un tipo de poesía muy medida, muy elaborada y atenta al artefacto poético”, finalizó.