- Perteneció al grupo de escritores conocido en la literatura mexicana como “La espiga amotinada”
- “Él encarna lo inesperado, lo súbito... “: Santibáñez Andonegui
En el año de 1960 el escritor Jaime Labastida se dio a conocer por medio de La espiga amotinada, libro colectivo de poesía en el que también se incluyó obra de Juan Bañuelos, Óscar Oliva, Jaime Augusto Shelley y Eraclio Zepeda. Desde entonces, estos escritores han sido conocidos en el panorama de la historia de la literatura mexicana bajo el nombre del grupo de “La espiga amotinada”.
La poesía que elaboraba este conjunto de escritores tenía relación estrecha y de modo explícito con el contexto social de aquellos años: en el plano nacional, la huelga ferrocarrilera del 59, y en el internacional, la Revolución cubana. De esta manera se movían en un ámbito temático referente a las luchas sociales, por un país distinto, según ha descrito el escritor Eduardo Casar, quien menciona que otro de sus intereses estribaba en desacralizar el ejercicio poético, restituyendo sus vínculos con las necesidades populares, sin mengua del amoroso cuidado orfebre del lenguaje.
Según la opinión de Carlos Santibáñez Andonegui, Jaime Labastida es un poeta que alcanza la trascendencia en la literatura mexicana, gracias a su manejo de temas que antes de él no habían sido tan bien profundizados, como por ejemplo la alegría. “Él encarna lo inesperado, lo súbito, que no se busca adrede y, en esa medida, cautiva por espontáneo y auténtico”, declara en entrevista.
Tendríamos que revisar una gran parte de la poesía considerada de uñas limpias, o tono menor, dice Andonegui, para dar con un verso tan franco como el que Labastida expresa cuando escribe: "Escribo porque sí, porque me da la gana". Desde la percepción de Andonegui todo Labastida es así, semejante a ese verso.
Jaime Labastida también “da su justo valor a la condición humana: ‘No tiene precio el ojo’; lo impulsa la trascendencia: ‘¿Qué dejaré de mí, qué de mis dedos? Como parte de esa Sinaloa que trae en el alma, él leyó a García Lorca en el paisaje duro, tirando a desierto, de Los Mochis’”, finalizó.
Durante esta charla se abordará la figura de Jaime Labastida tanto como poeta, maestro, funcionario y director de una de las casas editoriales con más trayectoria en nuestro país: Siglo XXI Editores.
Jaime Labastida (Los Mochis, Sinaloa, 1939) es poeta y ensayista. Doctor en filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM. Profesor en la División de Estudios Superiores de la FFyL de la UNAM; coordinador del taller de crítica literaria del INBA; subdirector general de Educación e Investigación Artística del INBA; director de Plural; director general de Siglo XXI Editores. Miembro numerario y actualmente presidente de la Asociación Filosófica de México; director de la Academia Mexicana de la Lengua; Socio Honorario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; Miembro de número de El Colegio de Sinaloa; integrante del grupo “La Espiga Amotinada”; colaborador de El Gallo Ilustrado, El Heraldo Cultural, Espejo, Estaciones, Excélsior, La Cultura en México, La Palabra y El Hombre, México en el Arte, Revista de Bellas Artes, Revista Mexicana de Cultura, Revista Mexicana de Literatura, Revista Universidad de México.
Obtuvo los premios Jaime Sabines 1980 e Internacional de Poesía Ciudad de la Paz 1981 por Las Cuatro estaciones; el José Joaquín Fernández de Lizardi 1985, otorgado por el Club de Periodistas por artículos de fondo publicados en Excélsior; el José Fuentes Mares 1987 por Obsesiones con un tema olvidado y Las cuatro estaciones; el Nacional de Periodismo 1992 por artículos de fondo; el Xavier Villaurrutia 1996 por Animal de silencios y La palabra enemiga. En 1999 recibió del gobierno francés la Orden de las Letras y las Artes en grado de Caballero, por su carrera literaria y su trayectoria como promotor de la cultura y las ciencias. Premio Ocho Columnas de Oro 2000. Recibió la Cruz al mérito de la República Federal de Alemania, otorgada por el presidente de esa República. Doctor honoris causa por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y por la UAS; Premio Ramón López Velarde 2006; Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008; Medalla de Oro de Bellas Artes en reconocimiento a su trayectoria, 2009; Premio Juan Pablos al Mérito Editorial 2009 y Premio Mazatlán de Literatura 2013.
Entre su obra publicada se encuentra, en ensayo: Estética del peligro (1986), La palabra enemiga (1996), Humboldt: ciudadano universal (1999),Cuerpo, territorio, mito (2000), El edificio de la razón (2007). En poesía: El descenso (1965), La feroz alegría (1965), A la intemperie (1970),Obsesiones con un tema obligado (1975), Las cuatro estaciones (1981), Plenitud del tiempo (1986), Toda la muerte (grabados de Francisco Moreno Capdevila, 1989), Dominio de la tarde (1991), Animal de silencios (1996), Elogios de la luz y la sombra (1999). Antología: El amor, el sueño y la muerte en la poesía mexicana (1969), José Martí. Mi tiempo en un mundo nuevo (1982). Literatura para niños: La Semana Santa cora(2004), Los cinco soles (2004).