El acervo de literatura tiene su origen en los primeros años de existencia del Instituto Nacional de Bellas Artes, con las Memorias oficiales de las actividades realizadas. A partir de la década de los cincuenta se empiezan a grabar las conferencias que se efectuaban en el Palacio de Bellas Artes y, por otra parte, la Dirección de Prensa del INBA emitía boletines con información obtenida de los periódicos, relacionada con las distintas disciplinas artísticas llevadas a cabo por el Instituto. Esto explica que en los acervos de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA se encuentren documentos fechados en la década de los cincuenta. Sin embargo, es hasta 1977, durante la administración de Gustavo Sainz, cuando empieza a conformarse un archivo de recortes periodísticos sobre escritores. De esta tarea se deriva el Archivo Hemerográfico del área, bajo el resguardo de Josefina Lara Valdez, afanosa investigadora que no sólo integró dicho acervo con información reciente, sino que logró rescatar boletines de prensa y documentos administrativos de periodos anteriores, desde oficios hasta cartas y manuscritos de los autores. En esta misma época empiezan a conformarse la biblioteca, un incipiente archivo de fotografías de escritores, así como de grabaciones con las voces de los autores participantes en las diversas actividades promovidas por el área de Literatura del INBA.