*** El poeta presenta su nuevo libro Mis ojos el fuego en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
El desierto como imagen del páramo propicio a la experiencia poética y el blues como profunda expresión personal, son algunas de las motivaciones más visibles en la nueva colección de poemas de Julio César Félix, Mis ojos el fuego.
La presentación de Mis ojos el fuego, correrá a cargo de Pável Granados, Armando Oviedo Romero y el propio autor, este miércoles 20 de abril de 2011 a las 19:00 horas en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
*** El poeta presenta su nuevo libro Mis ojos el fuego en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
El desierto como imagen del páramo propicio a la experiencia poética y el blues como profunda expresión personal, son algunas de las motivaciones más visibles en la nueva colección de poemas de Julio César Félix, Mis ojos el fuego.
La presentación de Mis ojos el fuego, correrá a cargo de Pável Granados, Armando Oviedo Romero y el propio autor, este miércoles 20 de abril de 2011 a las 19:00 horas en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
Al recorrer los poemas de Mis ojos el fuego, se percibe de inmediato la abarcadora presencia del desierto, a veces nombrado plenamente, o sugerido tangencialmente como el sol, el calor, la luminosidad, incluso como fuego abrasador, pero siempre como espacio de lo excepcional, tal como leemos en el poema, “Marea del desierto”: Despiertas súbitamente/ en medio de una marejada inmemorial/ a media luz/ en un desierto…”
En Mis ojos el fuego el desierto aparece como representación del espacio vacío, como páramo de soledades necesario para la experiencia poética, pues, como explica Julio César Félix, en su poesía la imagen del desierto no tiene la intención de funcionar como una marca de identidad del norte de México, región en la que el poeta vive y trabaja, sino que el desierto para él es más bien la representación de un estado espiritual, pero también de la página en blanco que el escritor enfrenta:
“El desierto es un estado anímico, que asocio con la melancolía, el vacío... pero también y es lo que he querido aprehender, es esta idea de desierto, de vacío como la página en blanco, dispuesta para ser escrita, y que al mismo tiempo provoca una reacción a veces eufórica, a veces abrumante para el autor, la idea es del poeta egipcio Edmond Jabés y me ha tenido siempre fascinado”.
Cuando la voz del poeta se sumerge en el desierto, lo hace en busca de la experiencia poética, la cual se convierte también en uno de los temas de Mis ojos el fuego, donde la poesía se caracteriza como un espacio de sincretismo donde se mezclan experiencias o conceptos procedentes de diferentes culturas y momentos históricos, como pueden ser la melancolía del esplín, inventada por los poetas franceses de siglo XIX, o la nierika, a través de la cual los místicos huicholes (wirrarikas) penetran al mundo espiritual. Como él mismo explica, Julio César Félix entiende la poesía como una búsqueda donde se mezclan diferentes maneras de sentir para dar un nuevo significado a las cosas:
“Concibo la experiencia poética en ese sincretismo de lo que se vive, de lo que se dice, de lo que sueño, de lo que bebo, escucho, huelo, etc., y que puede dar como resultado, algunas veces, nuevos significados de las cosas y nuevas maneras de sentir y estar en la tierra. Y no es por exorcismo o terapia, sino más bien como búsqueda de nuevas rutas de significado y de formas de expresión y de auto desconocimiento”.
Como parte de su exploración de nuevas formas de sentir, Julio César Félix plasma en los poemas de Mis ojos el fuego su pasión por la música, especialmente por el blues, pues como dice en alguno de los textos “…el blues es una fiesta. Es la celebración de las horas en medio del desierto y la férrea estancia en el vacío del mar que se transforma, irremediablemente, en un blues”.
El blues es pues, otro de los grandes temas de Julio César Félix, que combinado con el desierto, da nombre a unos de sus libros anteriores, Desierto Blues. Pero el blues, explica el poeta, no aparece sólo como género musical, sino en el sentido original del concepto, como un profundo sentimiento de vacío y melancolía.
“El blues es tratado como ese estado anímico que es la desolación, y no precisamente el ritmo de BB King, Louis Armstrong, Muddy Waters, que escucho y admiro y, al mismo tiempo me brindan experiencias sensoriales que luego uno traduce en palabras”, expresó.
Julio César Félix (Navolato, Sinaloa, 1975), es licenciado en Letras Hispánica por la UNAM; en el Centro Universitario de Teatro de esta misma casa de estudios ha impartido las materias de Lengua Española e Historia de las ideas. Editor de la revista de literatura Acequias de la Universidad Iberoamericana de Torreón y coordinador del taller literario Laguna de cronopios de la misma institución. En 2004 ganó los juegos florales de La Paz, Baja California.
Es autor de los libros de poesía De noche los amores son pardos, Al sur de tu silencio, De lagos lagunas y otras danzas, Desierto blues e Imaginario de voces.