Por Guillermo Osorno
La cita era a las 10 de la mañana, pero el guía llegó veinte minutos tarde a la esquina de Mina y Reforma, donde ya lo esperaban los paseantes que se inscribieron al tour literario. Sólo que el sábado pasado, un día particularmente esplendoroso, el paseo era distinto a los que normalmente organiza la coordinación de literatura del INBA. El guía no era una vaca sagrada, sino un joven escritor en sus treinta y tantos años, Sergio Téllez-Pon, poeta, editor de una colección de literatura gay y conductor de un programa gay de televisión. Y no se trataba de revisar el centro con los ojos de los autores clásicos mexicanos, sino bajo la luz de La estatua de sal, las increíblemente divertidas, pero igualmente escandalosas memorias de juventud del gay más famoso y abierto en la historia de México: Salvador Novo.
 
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