Un poeta citadino
En la vida de Alejandro Aura, las ciudades no sólo fueron su inspiración, sino que también formaron parte fundamental de su quehacer social: en 1998 fue nombrado Director General del recién fundado Instituto de Cultura de la Ciudad de México, cargo en el que permaneció hasta abril de 2001. Su gestión se destacó por el fomento a la lectura, así como por la recuperación del Zócalo capitalino como espacio para espectáculos artísticos masivos. En las décadas anteriores, pocos habían hecho tanto como él para llevar las expresiones culturales a la mayoría de la población de una ciudad mexicana.
Mucho de ese amor hacia la ciudad fue expresado en el libro Volver a casa. Con el ritmo de un caminante solitario y pensativo, asimila los paisajes cotidianos: “Mutiladas las partes de la dicha / los citadinos buscamos en el cine, / en las revistas, en los diarios, / en las calles populosas / unos ojos ajenos / en los cuales un ancla nos detenga”.
La nostalgia persistente, su musicalidad de aliento suave, piden al lector detenerse frente a calles y callejones, compartir los lugares de reunión y poner atención a los resquicios, para mirar con otros ojos, para salir del vértigo de la modernidad y reflexionar, con las palabras precisas, sobre el curso de la vida.
En Volver a casa, como en la mayoría de sus textos, el humor es algo persistente y, junto a la ternura, es quizá lo más notable en sus creaciones. En este poemario hay, por ejemplo, una gran muestra de humor negro. Tal pareciera la sentencia de un brujo divertido, ante un caldero de palabras hirviendo, cuando el poeta expresa: “Sí, en verdad no hay límite, / aunque más nos/ prodiguemos con la muerte/ más vivimos; qué siniestro”.
España
En 2001, Alejandro Aura se trasladó para vivir y trabajar en otra gran urbe: Madrid. Nombrado Director del Instituto de México en España, se dedicó a una intensa labor de difusión de la cultura mexicana: cine, exposiciones, presentaciones de libros, mesas redondas, conferencias, recitales, talleres de expresión teatral y lecturas en voz alta; actividades a las que también dedicó mucha parte de su vida en México. Aura estuvo a cargo de este Instituto hasta 2003; a partir del año siguiente ocupó el puesto de Representante en España del Estado de Zacatecas.
En Madrid también fue conductor del programa radiofónico Hora México entre 2002 y 2005;labor bien conocida por él, pues en tierras mexicanas fue director de varios programas para radio y televisión: Azul, En su Tinta, Entre Amigos, Un Poco Más y De Cine y Literatura; y más recientemente, De ida y vuelta.
En España tampoco mermaron sus aportaciones para revistas culturales, otra constante en su trayectoria: Cuadernos del Viento, El Nacional, La Cultura en México, México en la Cultura, Revista de Bellas Artes, Revista Universidad de México y Letras Libres, por mencionar algunas.